El Juli, Perera y Talavante abren la puerta grande tras cortar siete orejas a un gran encierro de Victoriano del Río
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
Siete orejas pueden parecer exageradas para un festejo que estuvo bien, aunque sin grandes alardes. Eso sí, dejó detalles poco frecuentes para plazas de segunda, como la pontevedresa, y es que los tres diestros se emplearon a fondo con la capa, en lances y quites de gran vistosidad que venían a demostrar sus ganas de triunfo.
Y lo lograron los tres componentes del cartel. Quizás llevados en volandas por el "faenón" que realizó 'El Juli' al toro que abrió plaza, al que desorejó con justicia y al que quizás sólo la tardanza en doblar del morlaco privó de un posible tercer apéndice, con el rabo de un precioso animal, de nombre Durmiente, de 520 kilos, que "despertó" a los tendidos y que fue premiado tras la lidia con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Tres orejas para "El Juli", dos para Miguel Ángel Perera y otras dos para Alejandro Talavante. Más que merecidas unas por las faenas realizadas, fruto otras del acierto de los matadores en la suerte suprema. Y es que la segunda de feria de La Peregrina dejó, además de la buena labor con la capa de los matadores, un poco frecuente acierto con el acero. Si a ello unimos la impecable lidia de las tres cuadrillas y el buen, aunque desigual, juego que dieron los toros de Victoriano del Río, la conclusión es fácil: fue una buena y entretenida tarde de toros.
Ni que decir tiene que los tres matadores consiguieron abrir la puerta grande, saliendo a hombros en medio de la ovación de un tendido que esta vez se quedó en poco más de medio aforo (unos 4.000 espectadores) cubierto, con numerosos claros en los tendidos de sol, en los que se notó la ausencia de varias peñas que el día anterior llenaban las localidades más asequibles.
La tarde comenzó a lo grande. Con un toro precioso, de los que suelen ser sinónimo de triunfo. 'El Juli' no lo dejó pasar. Desde los primeros lances de capa a la verónica, hasta un ligado y perfecto quite por chicuelinas, para comenzar luego su faena con la franela por todo lo alto, en una serie de pases en los medios que anunciaban algo grande. Templando cada pase. Con hondura, con arte. Toreando en una baldosa, sin apenas corregir la posición de sus pies. Con la derecha. Al natural. Ligando y mandando ante un toro que repetía y no se cansaba de embestir, con nobleza, siguiendo siempre el engaño.
El remate de la faena fue la guinda. Una serie de 'manoletinas', soberbia, con los pies del diestro como anclados en la arena. Su estocada, ligeramente trasera y desprendida hizo que el toro tardase en doblar, privándole posiblemente de un rabo que había merecido. Su enemigo fue premiado en el arrastre con una cerrada ovación y una justa vuelta al ruedo.
Era el turno de Miguel Ángel Perera. Si su compañero de terna le había puesto el listón alto, más complicado lo tuvo con un rival de menor fuerza y más peligro que el que abrió plaza. Aún así, el diestro pacense estuvo brillante y valiente. Desde su fenomenal y vistoso quite por 'gaoneras' hasta los ligados pases por la espalda, sin corregir posición, con los que inició su faena de muleta. Asumió riesgos para cuajar una faena variada, con un fenomenal redondo invertido que levantó al público de sus asientos, para terminar cortando una merecida oreja.
Le tocaba a Alejandro Talavante. No quiso ser menos que sus compañeros con el capote. Sin embargo en la faena de muleta estuvo gris, sin conseguir ligar. Dejó pases sueltos en una labor intrascendente, sin ser capaz de leer las condiciones de un toro con menor fuerza y casta que los dos anteriores.
Pero el mundo del toro es así de curioso. La espada, que tantas veces resultó la cruz de Talavante y tantos éxitos le negó, quiso en esta ocasión darle una oreja que por faena no se había ganado. El diestro estoqueó de modo certero y fulminante a su rival, lo que le permitió, junto con la generosidad del tendido, tocar pelo y seguir la estela de los demás.
A estas alturas de la lidia se había visto ya más que en muchas otras corridas enteras. Y aún quedaba otro tanto. Con los matadores dispuestos a aprovechar la nobleza de un encierro de calidad y el favor de un tendido entregado.
De nuevo 'El Juli' saltó a la arena. Dispuesto a completar un triunfo ya asegurado en su primero. Pero esta vez tuvo más dificultades. Hizo una faena de menos a más, pero le costó ligar. Eso sí, logró sacar del toro (posiblemente el más flojo de la tarde) más de lo que tenía. Como además mató de una estocada en todo lo alto, se ganó la tercera oreja y, fruto de la euforia, muchos aún pedían otra.
Tuvo mérito lo de Perera en el quinto. Un astifino de imponentes defensas, pero noble en la embestida, ante el que de nuevo arriesgó dejando una buena labor con la capa y una faena con la franela de mucho mérito, tirando siempre del toro, con querencia a tablas, hacia los medios, para cuajar un toreo de cerca, valiente y con calidad, lo que unido a una magnífica estocada le sirvió para cortar otra oreja.
Talavante ordenó parar de tocar a la Banda de Música hasta que consideró que su faena lo merecía
Y Talavante no quiso ser menos. Después de un lucido quite a la verónica, cuando comenzó su faena tuvo un detalle del que algún aficionado que tiende a confundir los toros con los conciertos debería tomar buena nota. El diestro ordenó parar de tocar a la banda de música, por entender que aún no había realizado nada que mereciese acompañamiento musical.
Luego sí, después de una espectacular serie de redondos, culminada con un invertido sensacional, dejó que la música sonase y terminó cuajando una faena de mucho mérito, en un tremendo remate, con una serie de 'manoletinas' de rodillas y desplante en la cara del toro, que, al acertar nuevamente con el acero, le permitieron también salir por la puerta grande como sus compañeros de terna.
Los tres diestros y el mayoral de la ganadería de Victoriano del Río salen a hombros por la puerta grande
FICHA DE LA CORRIDA
JULIÁN LÿPEZ 'EL JULI': Estocada trasera y desprendida (dos orejas y vuelta al ruedo para el toro, tras escuchar un aviso). Estocada en todo lo alto (una oreja). Sale a hombros por la puerta grande.
MIGUEL ÁNGEL PERERA: Pinchazo y estocada tendida (una oreja). Estocada (una oreja). Sale a hombros por la puerta grande.
ALEJANDRO TALAVANTE: Estocada certera y fulminante (una oreja). Estocada ligeramente desprendida y descabello al primer intento (una oreja). Sale a hombros por la puerta grande.
Incidencias: Plaza de Toros de Pontevedra. Segunda corrida del ciclo taurino de La Peregrina. Algo más media entrada en los tendidos, con unos 4.000 espectadores. Toros de la Ganadería de Victoriano del Río. El mayoral de la ganadería acompañó a los matadores en la salida a hombros por la puerta grande.
TERCERA DE FERIA
La tarde del próximo sábado se celebrará el siguiente festejo, tercero del ciclo, una corrida de rejones, con toros de la Ganadería de San Mateo, para los caballeros Fermín Bohórquez, Andy Cartagena y Diego Ventura. El festejo, como es habitual, comenzará a las 19:00 horas.