Dos años y cuatro meses de prisión por la muerte del dueño de un ciber de Marín
Por Natalia Puga
El juicio a dos hermanos vecinos de O Vao (Poio) y un hombre de Marín por su implicación en una pelea en la que resultó herido de muerte el propietario de un ciber ha acabado en condena para los tres, si bien de muy distinta magnitud. El principal condenado ha sido Joaquín Salazar Jiménez, uno de los dos hermanos, a quien el Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra le ha impuesto dos años y cuatro meses de prisión.
La sentencia del magistrado Miguel Aramburu le impone seis meses como autor de un delito de lesiones por haber lesionado al hijo del fallecido -también condenado en esta causa- y un año y 10 meses por un delito de homicidio imprudente por la muerte del padre. Además, en concepto de responsabilidad civil, indemnizará con 115.000 euros a la viuda del fallecido, con 50.000 euros a dos de sus cuatro hijos y con otros 20.000 a los otros dos.
El otro hermano condenado, Enrique Salazar, ha sido condenado a un mes de multa con una cuota diaria de ocho euros al día, esto es, 240 euros de multa, como autor de un delito leve de lesiones.
El tercer condenado es José Manuel P.O., el hijo del fallecido en la pelea, a quien se considera autor de dos delitos leves de lesiones por los que le han impuesto una multa de 240 euros por cada uno y la obligación de indemnizar al condenado Enrique Salazar con 300 euros por haberle lesionado durante la pelea y a un pariente de aquel que en el momento de los hechos era menor de edad y fue condenado por el Juzgado de Menores por estos hechos con 150 euros.
La sentencia considera probadoa que los hechos ocurrieron el 9 de febrero de 2016 alrededor de las 14:30 horas en el establecimiento Ciber War de la calle Concepción Arenal de Marín. En un momento dado, entraron Joaquín Salazar Jiménez, Enrique Salazar Jiménez y otras dos personas, una de ellas el menor condenado en otra causa, con la intención de realizar una copia de un CD. Estas personas comenzaron a discutir con la persona que en ese momento era la encargada del establecimiento en ese momento, el luego fallecido.
Ante la actitud de estas personas, que exigían que les ayudara a hacer la copia e incluso insultaba a las otras personas que estaban en el establecimiento, el encargado llamó por teléfono a su hijo, José Manuel P.O., que llegó al poco. A su llegada, tras hablar con su padre. les dijo las cuatro personas anteriores que se marcharan al tiempo que se acercaba la puerta del local.
En ese momento se aproximaron José Manuel P.O. y Joaquín Salazar Jiménez y se enzarzaron golpeándose y, en ese momento también llegaron Enrique Salazar Jiménez y Adrián Salazar, quienes también se agarraron con José Manuel, golpeándose mutuamente.
Entonces el encargado se acercó a este grupo y, en ese momento, Joaquín Salazar Jiménez, le dió, con la intención de causarle daños en su integridad física, un puñetazo en la nariz, de manera que este cayó de espaldas golpeando con la cabeza contra el suelo. Por estas lesiones murió dos días después en el hospital.
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