Tres vídeos de seguridad, claves en el juicio por la pelea en la que murió el dueño de un ciber de Marín
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La tensión se mascó durante toda la mañana de este miércoles en los juzgados de A Parda con motivo del juicio a dos hermanos vecinos de O Vao (Poio) y un hombre de Marín por su implicación en una pelea en la que resultó herido de muerte el propietario de un ciber. En apoyo a los dos primeros, acudieron al edificio judicial numerosos familiares que, ya a primera hora de la mañana, mostraron una actitud hostil hacia los periodistas. Presenciaron también la vista familiares del fallecido, que de mostraron visiblemente afectados durante la sesión.
Tres vídeos de las cámaras de seguridad del ciber centraron el juicio, celebrado en el Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra. Las imágenes, que se proyectaron en la sala, muestran tanto los momentos de tensión previos a la reyerta como el instante en el que cuatro personas se pelean y una quinta, el muerto, cae al suelo.
Según se puede ver en las imágenes, el forcejeo en sí dura apenas unos segundos, pero el enfrentamiento había empezado ya tiempo antes, cuando los dos acusados de Poio y un hermano y un primo menores de edad le pidieron al propietario que les ayudase a grabar unos CD's y éste se negó, abriéndose momentos de tensión en los que le llamaron "apampanado" y él sostuvo que "yo no puedo hacer de criado".
Tras constatar las faltas de respeto e insultos, el hombre alertó a su hijo, que llevaba el negocio con él. Llegó poco después y, tras un breve intercambio de palabras con su padre, se dirigió a los clientes con intención de echarles. Les dijo: "Fuera, fuera". Uno de ellos se encaró diciendo: "Échame tú". Y en ese momento comenzaron los segundos cruciales que acabaron con el propietario fallecido y su hijo y dos de los clientes en el banquillo de los acusados.
Una vez visionado el vídeo, una prueba crucial, prestaron declaración los acusados. El primero fue J.M.P.O., hijo del fallecido y a quien la Fiscalía considera autor de dos delitos leves de lesiones por los que pide que se le imponga 360 euros de multa.
Él reconoció que se encaró a ellos pidiéndole que abandonasen el local y que cuando uno de ellos, al que reconoció como Joaquín S.J., le atacó empezó a forcejear, pero explicó que en todo momento lo hizo por defenderse, pues llegaron a tirarle al suelo tres veces y "me pisaban y golpeaban la mano".
En la confusión de la pelea explica que no vio el impacto en la cara de su padre y la posterior caída que le provocó un traumatismo craneoencefálico severo que le causaría la muerte, pero sí que vio que alguien alzaba la mano y ese era, de nuevo, Joaquín.
La Fiscalía considera que de los tres acusados el principal es Joaquín S.J., a quien responsabiliza de lesionar al coacusado J.M.P.O. y también del golpe mortal de su padre. Le atribuye dos delitos de lesiones leves por los que pide que se le condena a 360 euros de multa y uno de lesiones graves y otro de homicidio imprudente por los que debería ser condenado a tres años y tres meses de prisión.
Además del hijo del fallecido, otros dos testigos aseguraron que él fue quién asestó el golpe, que le alcanzó la nariz y lo derribó, pero él declaró sólo a preguntas de la defensa y aseguró: "no recuerdo haberle pegado".
Los forenses que practicaron la autopsia a la víctima sostienen que tenía dos traumatismos, uno en la nariz "compatible con un puñetazo o golpe contundente" y otro craneoencefálico "compatible con un impacto en una caída con velocidad" o, lo que es lo mismo, que sufrió cuando cayó con fuerza al suelo. El primero fue grave, pero el segundo mortal. Tras entrar en muerte encefálica, murió dos días después en el hospital.
Al tercer acusado, Enrique S.J., la fiscal del caso le pide 360 euros de multa por un delito de lesiones leves. Él, que optó por declarar sólo a su defensa, centró su breve testimonio en sostener que el hijo del acusado le cogió del cuello y tiró al suelo y que luego, cuando su padre ya estaba en el suelo y él y sus hermanos y primo huyeron, salió tras ellos y golpeó el coche.
Por estos hechos ya fue juzgado y condenado el hermano menor de los acusados en el Juzgado de Menores y, además, se considera que su primo, que estaba con ellos en todo momento, no participó en la pelea, sino que se mantuvo apartado.
Tras la celebración del juicio, la fiscal tan sólo hizo pequeños cambios en su escrito de acusación provisional referidos a las indemnizaciones -Joaquín deberá indemnizar a la esposa del fallecido con 115.000 euros; a tres de sus hijos con 51.000 euros cada uno y al co acusado J.M.P.O., con 22.000 euros-, pero la abogada defensora de Joaquín sí añadió cambios al pedir al juez, Miguel Aramburu, que si condena a su cliente lo haga por una imprudencia menor y tenga en cuenta las circunstancias atenantes de drogadicción, alteración mental y dilaciones indebidas.
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