El juicio de "Machucho" desvela vocabulario de los narcos para esquivar las escuchas telefónicas
Por Mónica Patxot & Anxo Lourido
Diez agentes del Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) se encargaron de la vigilancia de una organización gallego-marroquí presuntamente relacionada con el narcotráfico durante varios años. Ejercieron, igual que los policías de la serie The Wire, de investigadores a través de escuchas telefónicas y seguimientos de los integrantes de este grupo del que cuatro presuntos integrantes se sientan esta semana en el banco de acusados de la sección segunda de la Audiencia Provincial. Están procesados por participar en la tentativa de introducir cuatro toneladas de hachís en las Rías Baixas en el año 2010.
En la mañana de este jueves, el jefe del grupo policial que realizaba la investigación, ofrecía el testimonio en la vista oral del seguimiento realizado a los acusados en un juicio en el que sigue habiendo referencias a dos presuntos integrantes desaparecidos, José Antonio Pouso Rivas, conocido por "Pelopincho", y el pontevedrés José Bernardo Villaverde Amil, un vecino de Monte Porreiro que el jefe de la investigación considera un elemento fundamental en toda la trama a partir del momento en que se incorporó al grupo encargándose de organizar operaciones, viajar al sur de la Península para contactar con los suministradores de la droga y comprar el barco Garbi III en Bilbao para trasladar las cuatro toneladas de hachís desde Marruecos hasta Galicia.
El agente policial relató y explicó a preguntas del fiscal las conversaciones que el narco Manuel Sineiro, conocido por "Machucho", mantuvo a lo largo de muchos meses para ir cerrando toda la operación. Durante el relato explicaba como en estas escuchas telefónicas detectaban que los integrantes de la trama evitaban utilizar datos concretos de lugares o nombres para evitar ser identificados y cualquier conversación personal se realizaba con algún colaborador que vigilaba la zona. Por teléfono, Sineiro ni siquiera utilizaba su apodo "Machucho" para identificarse, empleaba "Manolo Ribadumia" y hacía uso de expresiones vagas como "el amigo del primo" para referirse a otros integrantes de la organización.
Además, los narcos empleaban un lenguaje propio en el que para referirse a Galicia utilizaban el término "marisco" o el pleonasmo "subir arriba". Un "coche grande" se usaba para referirse a una embarcación de gran tamaño y "hacer un coche" era llevar a cabo una operación.
Cuando dos de los investigados mantenían una conversación y temían que su telefóno móvil pudiera estar "pinchado" inmediatamente alegaban "no se escucha bien" para cortar y buscar un teléfono público desde el que reestablecer el contacto. En concreto, Sineiro apagaba en ocasiones su móvil en los numerosos viajes que realizaba al sur de España. Así evitaba que fuera rastreado por la policía.
"No sabéis dónde tenéis la mano derecha ni la izquierda. Esto no es un juego"
Solo en ocasiones de tensión como cuando la organización abortó un traslado de droga, Machucho se refirió, según el agente que testificó en la sala, a sus contactos magrebíes recriminándoles en la conversación telefónica: "No sabéis dónde tenéis la mano derecha ni la izquierda. Esto no es un juego". Su cautela se hacía evidente al negarse a entrevistarse personalmente con los marroquíes en Tánger aduciendo que ese viaje podría alertar a las fuerzas policiales al cruzar la frontera. La organización aplazaba sus actividades atendiendo a "la luna", la forma que empleaban para referirse al Ramadán
En su testimonio, el agente policial rechazó las disculpas que Sineiro había empleado durante su declaración para explicar las causas de sus viajes a la Costa del Sol. Nunca había vendido vieiras o navajas, ni había comprado piedras ni tampoco había comerciado con miel, las tres actividades que "Machucho" alegó ante las preguntas del fiscal en el primer día de la vista.
El agente explicó que, en la vigilancia, se había demostrado que el capo de Ribadumia, con antecedentes por narcotráfico, siempre se desplazaba para coordinar la estrategia de la operación de traslado de la droga.
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