Comuneros y ciclistas sientan las bases para un entendimiento
Por Oskar Viéitez
El Pazo da Cultura de Pontevedra acogió este sábado un encuentro abierto entre comuneros y ciclistas, en el que también participaron representantes de la Xunta, cazadores, Guardia Civil y expertos juristas.
El punto de partida fue evidente: el rechazo inequívoco de cualquier medida que se hubiera tomado para hacer daño a los usuarios del monte. Todos, sin ningún tipo de matiz, pidieron que caiga "todo el peso de la ley" sobre aquellas personas responsables de poner trampas en el monte "ya que suponen un verdadero acto criminal contra las personas, sean ciclistas o los propios comuneros".
A partir de ahí, se pudo comprobar que éste es un tema complicado de solucionar, pero no imposible. Por ejemplo, para los deportistas no es tan fácil distinguir qué zonas son privadas y los medios que algunos vecinos utilizan para señalizarlo son muy peligrosos para los ciclistas.
También quedó claro que los montes vecinales en mano común, no son ni de titularidades públicas ni privadas; son de titularidad vecinal, comunitarios. Su titularidad le corresponde única y exclusivamente a los vecinos comuneros de un lugar, aldea o parroquia. Dentro de las normativas vigentes, los únicos que tienen potestad para decidir sobre estas tierras, son los vecinos comuneros.
Pero además de ser una propiedad comunitaria, los montes vecinales son espacios abiertos que cumplen las funciones productivas, medioambientales y sociales como puede ser el senderismo, el paseos con perros o el mountain bike. La cuestión planteada es que esta función social no se puede desarrollar como si todo el monte fuera un inmenso espacio público.
Estos usos tienen que estar regulados y autorizados por los titulares de las tierras; como ya sucede con los aprovechamientos ganaderos, cinegéticos, la custodia del territorio o incluso con algún club deportivo.
Una de las preocupaciones planteadas durante la larga sesión de debate fue que el uso del monte vecinal sin autorización de sus propietarios puede acarrear consecuencias negativas para los propios titulares de las tierras derivadas de la responsabilidad civil subsdiaria. En este punto se hizo una llamada de atención a la Xunta para que regule esta situación.
También se planteó la necesidad de informar y formar a los usuarios del monte para que tomen conciencia de que es necesario respetar a los titulares de los terrenos en los que desarrollan sus actividades de ocio, pues son los verdaderos responsables finales de la conservación de los mismos.
La Mancomunidad de Montes de Pontevedra organizadora de esta mesa redonda recogió las felicitaciones de los asistentes por esta mesa redonda, que fue valorada como una base de entendimiento para establecer un uso compatible de todos los interesados dentro del cumplimiento de la legislación vigente.