Un condenado por violar a su asistenta confiesa que también secuestró a su mujer, la ató y la violó ocho veces
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Un día del mes de octubre de 2012, Bruno Mouriño Pena retuvo a la fuerza a su mujer en una habitación del piso en el que vivían en Vigo, le enrolló todo el cuerpo con cinta de embalar y la violó hasta en ocho ocasiones. Cuando esta situación ya se prolongaba durante 24 horas, ella le preguntó si pensaba soltarla, a lo que él respondió: "no, te voy a ahogar en la bañera, tu bolso lo he tirado a la basura, cuando estés muerta te voy a cortar en trozos, te voy a meter en el congelador y te voy a ir tirando poco a poco en el contenedor". Poco después, la liberó, prolongándose el sufrimiento durante 25 horas.
Los hechos figuraban en el escrito de acusación que el fiscal Marco Montero González mantenía contra el procesado, pero ya pueden considerarse como probados toda vez que este jueves el propio Bruno Mouriño Pena reconoció todos y cada uno de ellos ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra que le juzgaba.
El procesado reconoció los hechos y también que durante los nueve años que duró su relación con su esposa y madre de sus dos hijos la maltrató de forma habitual. Por todo este comportamiento prolongado en el tiempo asumió una pena de trece años y medio de prisión por los delitos de maltrato habitual, maltrato físico, amenazas leves y detención ilegal en concurso ideal con un delito continuado de violación.
Una de las circunstancias todavía más escabrosas de las que ha salido a relucir en el juicio celebrado este jueves es que el procesado no era nuevo en este tipo de acciones, sino que ya ha sido condenado por la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo, a 14 años de prisión por los delitos de detención ilegal y agresión sexual a una mujer a la que había contratado para limpiar el piso.
Estos hechos pasaron después de los que tuvieron como víctima a su esposa, pero fueron juzgados antes. Al igual que ocurrió este jueves en Pontevedra, en su día también reconoció que el segundo día de trabajo de la asistenta la golpeó, la amenazó, la amordazó y la violó varias veces, llegando a asumir que "la contraté porque quería agredirla sexualmente".
Una vez que salga de prisión no podrá aproximarse a 500 metros de la víctima ni comunicarse con ella durante 19 años y medio
Nuria Llarena Pérez, la abogada pontevedresa que defiende a la esposa y víctima, explicó que se sumaron al acuerdo que ya había llegado el acusado con el fiscal porque "no tenía sentido que ella volviese a revivir todo" y él ya tiene la condena previa de 14 años. Matizó, además, que un punto en el que no cedieron fue conseguir una orden de alejamiento. Así, una vez que salga de prisión no podrá aproximarse a 500 metros de la víctima ni comunicarse con ella durante 19 años y medio.
El día del secuestro la obligó a permanecer en una habitación de la casa mostrándole un cúter y diciéndole: "como hagas algún movimiento te mato". Le enrolló todo el cuerpo con una cinta de embalar, la acostó en la cama y se fue para encargarle a la vecina que se encargase de los niños porque su esposa estaba enferma. A partir de ahí empezaron las 25 horas de sufrimiento, en las que le dijo frases como "ahora que no quieres hablar, vas a darme el sexo que me debes" para pasar a violarla hasta en ocho ocasiones.
A consecuencia de los hechos, la víctima sufrió trastorno por estrés postraumático, siendo precisa para su sanidad, tratamiento médico especializado consistente en tratamiento farmacológico. Por los días de curación que tardó en recuperarse y los daños morales infringidos, deberá indemnizarla con 20.000 euros.