Roberto Leiro se enfrenta a seis años de cárcel por blanquear el dinero que ganó en el narcotráfico entre 1995 y 2003
Por Natalia Puga
El conocido narcotraficante de Vilanova de Arousa Roberto Leiro Santos volverá a sentarse en el banquillo de los acusados el próximo mes de enero. Será durante cuatro días en los que será juzgado por la Audiencia Provincial de Pontevedra por un delito continuado de blanqueo de capitales derivados del tráfico de drogas en el que se han visto implicados también, como testaferros, siete miembros de su familia y su círculo más íntimo en el marco de la operación Job.
Roberto Leiro está actualmente en prisión cumpliendo condena por un alijo de más de seis toneladas de cocaína localizado en aguas del Atlántico hace ya once años, en 2003, a bordo del buque 'South Sea'. Por aquella operación fue condenado a trece años y medio de cárcel y ahora se enfrenta a seis más por blanqueo, así como al pago de una multa de 1,8 millones de euros por un caso que se remonta al año 2006 y que es ya la más antigua de las operaciones vinculada al narcotráfico que quedan pendientes de juicio en la provincia.
Al igual que Leiro Santos, también están acusadas de un delito continuado de blanqueo de capitales derivados del tráfico de drogas su esposa, María Teresa S.C., y su hija, Nuria L.S.. La mujer se enfrenta a seis años de cárcel y una multa de 1,7 millones y la hija a cinco años de privación de libertad y una multa de 240.000 euros.
Dos cuñadas de Roberto Leiro y tres miembros de la familia de su esposa también se sentarán en el banquillo como presuntos testaferros, pero, en su caso por un delito puntual (y no continuado) de blanqueo de capitales derivados del tráfico de drogas. Se enfrentan a penas de cuatro años de prisión y al pago de multas que oscilan entre los 35.000 y los 640.000 euros. El montante total de las multas solicitadas por el fiscal en este caso suman más de 5,2 millones de euros.
El fiscal Antidroga de Pontevedra, Luis Uriarte, recuerda en su escrito de acusación que el supuesto cabecilla ha venido dedicándose a lo largo de su vida al tráfico ilícito de estupefacientes, lo que motivó que resultara condenado como autor de un delito contra la salud pública en dos ocasiones por la Audiencia Nacional, la primera de ellas en 1997 a cuatro años y seis meses de prisión y la segunda en 2010 a 13 años y medio.
Como consecuencia de esta actividad de narcotráfico se ha enriquecido y, según el fiscal, con la finalidad de ocultar el importante patrimonio obtenido entre los años 1995 y 2003, se concertó con el resto de los acusados, todos ellos parientes de su núcleo familiar más cercano.
Recoge el escrito de acusación que los otros procesados tenían pleno conocimiento de la procedencia de los fondos con los que se realizaban los negocios jurídicos, consintieron en aparentar y simular ser titulares de bienes muebles, inmuebles e inversiones diversas cuyo auténtico titular era Roberto Leiro. De esta forma, dieron entrada en el tráfico mercantil lícito a diversas cantidades de activos patrimoniales procedentes del tráfico de drogas y contribuyendo conscientemente con su actuación al encubrimiento del origen ilícito de estos fondos.
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