Culpable de allanamiento de morada un pontevedrés por entrar en la casa de su ex cuando estaba con su nuevo novio
Por Natalia Puga
Un jurado popular ha declarado a un vecino de Pontevedra culpable de un delito de allanamiento de morada por haber entrado sin permiso en el piso que había compartido con su ex esposa cuando ya se habían separado, utilizando una copia de las llaves para la que no le habían dado consentimiento y en un momento (las 23.30 horas de la noche) en el que la mujer estaba en el dormitorio con su pareja actual.
El hombre, R.R.C., fue juzgado este viernes por un jurado popular y, tras una hora de deliberación, todos los miembros del tribunal decidieron por unanimidad que es "culpable de entrar en una morada ajena sin habitar en ella y sin consentimiento".
El jurado fue unánime al concluir que el hombre entró sin permiso y que cuando su ex mujer y su nuevo novio le sorprendieron se resistió a abandonar el piso. No consideró probada, sin embargo, otra de las circunstancias que mantuvieron durante el juicio la fiscal del caso, Marta Durántez, y el abogado de la acusación particular: que el hombre entró al dormitorio de la vivienda. En este punto, el jurado detectó contradicciones.
Una vez dado a conocer el veredicto del jurado, la fiscal mantuvo para el acusado la misma petición de condena con la que llegó al juicio. Pide al presidente de la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra, José Juan Barreiro Prado, que dicte una sentencia condenándole a dos años de prisión y a una orden de alejamiento de 300 metros de la víctima durante cinco años.
Fiscal: "La última medida que queda es el ingreso en prisión para garantizar la paz y tranquilidad de la misma (la mujer)"
La fiscal insistió en la "gravedad de la conducta" del acusado y en que ha quebrantado reiteradamente la orde de alejamiento de su ex mujer que tiene en la actualidad (la última vez hace escasos días) y que con su actitud ha demostrado que no tiene ningún "propósito de corrección". En base a este comportamiento, considera demostrado que la medida cautelar de alejamiento no ha sido suficiente y "la última medida que queda es el ingreso en prisión para garantizar la paz y tranquilidad de la misma (la mujer)".
El abogado de la acusación particular, que ejerce la ex mujer y víctima, se adhiere a la petición de condena de la fiscal mientras que el abogado de la defensa pide una sentencia en la que le imponga la pena mínima recogida en el Código Penal para este delito, seis meses de prisión.
Los hechos de los que ha sido declarado culpable se produjeron alrededor de las 23.30 horas del 9 de marzo de 2013. La pareja había mantenido una relación durante 12 años y en 2008 rompieron, pero siguieron conviviendo porque, según la mujer, "mi hijo mayor no aceptaba que nos separásemos". El 1 de septiembre de 2012 se dictaron medidas cautelares por las que el hombre tuvo que abandonar finalmente la vivienda y ella asegura que "tuve problemas para que me entregase las llaves". Ya en enero de 2013 una sentencia de un Juzgado de Familia fijó que aquél ya no era el domicilio del hombre, sino solo de la mujer y sus dos hijos, y no tenía permiso para entrar.
R.R.C. reconoce que entró en la casa, pero asegura que pensaba que su ex no estaba y que no sabía que no podía entrar
R.R.C. declaró este viernes en la Audiencia que conocía esa sentencia, pero que no sabía que no podía entrar en la casa porque en semanas anteriores había accedido "porque me mandaba ella". Reconoció que entró, pero explicó que lo hizo utilizando unas llaves que había hecho tras duplicar el juego de llaves que tenía su hijo mayor para recoger ropa para que llevasen los dos niños al día siguiente a una comida familiar.
El hombre aseguró que pensaba que su ex mujer no estaba en casa y que, en cuanto entró y encendió la luz ella ya salió del dormitorio y "dijo: ¿Quién anda ahí? Esto no te lo perdono, hijo de puta. Te voy a meter en la cárcel". Según su versión, ella "colleume polo pescozo" y no le echó, sino que él ya se fue. Al llegar al portal reconoce que llamó insistentemente al telefonillo, pero matiza que lo hizo para pedirle a la mujer que le metiese en una bolsa pantalones para sus hijos.
Frente a esta versión, la mujer explicó que su ex marido no encendió la luz, sino que entró a oscuras y que su novio y ella estaban en el dormitorio y se percataron de su presencia porque vieron una sombra y luego él tocó un pie del otro varón. Al darse cuenta, le echaron, pero él se opuso a irse y dijo frases como "no lo voy a consentir, eres mía" o "te quiero, eres solo mía, de nadie más". Tuvo que empujarle para que se fuese y luegó llamó insistentemente al telefonillo y a su teléfono móvil.
La mujer llamó a la Policía Nacional, pero cuando llegaron los agentes él ya no estaba. Fueron a buscarle a su casa de Campañó y, cuando llegaron, él reconoció que había entrado en la vivienda y entregó voluntariamente a los policías el juego de llaves utilizado, según confirmaron los propios funcionarios durante el juicio.
La víctima y la fiscal mantuvieron durante el juicio que el hombre la sometía a ella a un "acoso" constante en el que la seguía a todos lados, le hacía fotos y la llamaba insistentemente por teléfono. Posteriormente a los hechos juzgados, tiene nueve denuncias por incumplir la orden de alejamiento, según él mismo reconoció, aunque ninguna de ella con condena firme.
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