José Antonio Gómez Novoa
Seguridad "de amiguetes"
Hace 25 años David realizó el servicio militar en la Guardia Civil. En concreto hacía vigilancia en una garita de una cárcel. Al terminar de cumplir su período militar podría optar a seguir en la guardia civil, pero le ofrecieron un trabajo en una empresa de seguridad en la que cobraría 85.000 pesetas trabajando 21 días al mes en horarios normalizados.
La otra alternativa, en aquel momento entrar en la Guardia Civil”, significaría cobrar 80.000 pts en horario continuado, estando siempre disponible y no más de 4 ó 5 días de descanso al mes.
Se inclinó por la primera opción. Treinta años después me encuentro con él, y me habla de cómo han cambiado las cosas. Sus condiciones laborales han empeorado, le han rebajado el sueldo, trabaja más días, y siempre está con la espada de Damocles de la nueva reforma laboral, pensando que en cualquier momento lo echen a la calle. Dice que él está mal, pero mucho peor están los nuevos trabajadores, con sueldos de 800 euros.
Ha mejorado la situación de la Guardia Civil con respecto a la Seguridad Privada, pero tendrían que equipararse sus remuneraciones y situación laboral a las fuerzas de seguridad autonómicas.
El sector de la seguridad privada, merece un capítulo aparte. Hay más de 800 empresas de seguridad en la geografía española. Muchos servicios, que deberían ser públicos han pasado a ser privados (aeropuertos, prisiones……..), y lugares en los que todos sabemos que no es necesario un control exhaustivo, se multiplican los vigilantes. Resulta llamativo que el aumento de éste personal coincida con la detracción de las plantillas del resto de fuerzas de seguridad.
El gobierno, llegó a justificar la necesidad de más seguridad privada, en la búsqueda de alternativas a los escoltas que trabajaban en el País Vasco. Una mentira a todas luces porque la adjudicación de los contratos se realizan al mejor postor, a empresas dispares, con unos sueldos indignos y en ningún caso equiparables al de los escoltas.
Lo del aeropuerto de El Prat, es otro de los síntomas graves de lo que está pasando en el sector. El gobierno responde ante un conflicto con un "a mi la guardia civil", e intenta demonizar con su coro mediático a los trabajadores que luchan por sus derechos. Pocos cuestionan esta decisión, y nada se habla del importante coste que significa la disponibilidad de un número considerable de guardia civiles, desplazados de otras comandancias, que se han incorporado al aeropuerto (a su sueldo hay que añadir, dietas e indemnizaciones….).
Se privatizan servicios que antes eran públicos y se adjudican a particulares que obtienen grandes beneficios a costa de los trabajadores. Busquen ustedes en las redes de información, las conexiones de los políticos con este tipo de empresas; los consejeros, los altos cargos, la cantidad de personas que han colocado en esas empresas y encontrarán muchas respuestas.
@novoa48