José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Interestelar
En la nueva película de Christopher Nolan (Memento, Batman el caballero oscuro), la tierra está a punto de volverse inhabitable y el futuro de la vida humana descansa en las manos del agricultor y expiloto Cooper (McConaughey). La historia en su mayor parte resulta interesante y estimulante pero ofrece algunos altibajos y sobre todo, a mi juicio sus casi tres horas de duración sobrepasan lo necesario en esta aconsejable película.
Se adentra en temas tan complejos como la relatividad general, la dilatación temporal, agujeros negros y paradojas asociadas a viajes en el tiempo. Pues, es en esa dilatación en el tiempo aproximadamente pasada una hora y media de la película cuando pierdo el hilo y observo varios dispositivos móviles a mi alrededor interactuando.
A mi derecha consigo leer incluso el texto del Washap: Estamos esperándote en los vinos. Ella responde (1):
En las primeras filas dos móviles están funcionando a pleno pulmón. A la diestra y a la siniestra varios comensales acaban de engullir los cubos de palomitas tamaño familiar. Las luces del neón del pasillo de tono púrpura violeta invaden mis pupilas. Empiezo a sufrir movimientos espasmódicos en mis extremidades inferiores que provocan en mi la necesidad urgente de huir.
Decido aplicar la técnica que me ha inculcado mi psicoanalista de cabecera: Respira lentamente, suelta tensión de tus piernas, desconéctate. ¡¡¡¡Eureka!!!!!, funciona por primera vez después de 54 sesiones (2.700 euros) y consigo engancharme otra vez a la película.
De nuevo en el mundo de Cooper, en el momento en que éste es capaz de comunicarse desde el interior del Teresacto con Murph (su hija) a través de la barrera dimensional, contemplo la platea y me percato de que estoy inmerso en otro universo: el cine.
(1) Al día siguiente averigüé que esta era la fórmula para determinar la dilatación del tiempo en la relatividad especial