Carmen Novo Colldefors
Cosas de la vida: El poder sexual de la mujer
Hace no mucho tiempo escuché una conversación entre hombres y mujeres, que me parece interesante resumirla aquí y conocer vuestras opiniones.
Decían los varones que las mujeres tenemos el poder sexual, de lo que somos conscientes y nos aprovechamos de él y así, algunas esposas o novias, o como quieran llamarse, tenían atadas a sus respectivas parejas, ya que ellos, por cuestión de las hormonas, necesitan las relaciones sexuales mucho más que nosotras, que somos capaces de aguantar la abstinencia lo que haga falta: que hay un enfado, nada de sexo; que se portó bien, la recompensa,.. Cuando alguien contestó que no, que las mujeres tenían las mismas necesidades, le contestaron con una pregunta:
"¿Entonces por qué hay muchas más prostitutas que prostitutos?" Quedó la respuesta en el aire, como si fuese desconocida o como si se les diese la razón.
Y siguieron insistiendo en el tema, derivándolo a conductas femeninas como que la mayoría de las mujeres, sabedoras de sus atributos, los explotan con su forma de vestir (escotes pronunciados, ombligo al aire, pantalones ceñidos y bajos de cadera, que muestran la ropa interior, etc.) y ello da lugar a que si un hombre las mira, le llamen "baboso"; salvo que sea uno de su agrado, en cuyo caso se sienten satisfechas.
Coincidían varios en que se visten así para gustar a los demás, no solo a ellas mismas, como también les replicaron, porque pueden ir muy modernas, elegantes y guapas sin necesidad de resaltar y enseñar. ¿Cuál es el objetivo de esas mujeres?
Asimismo afirmaban que la adolescencia y la juventud, en sus primeros años sobre todo, eran etapas vividas con ansiedad por los hombres por esos motivos y porque además las chicas nada tenían que hacer más que arreglarse y, en cambio, los chicos se veían obligados a ser simpáticos, interesantes,; en una palabra, a entretenerlas.
"Pues la culpa es vuestra" les acusaron.
"No, son las malditas hormonas, la naturaleza y las malditas mujeres".
16.12.2012