El efecto Luisito no acaba con la sequía del Pontevedra (0-0)
Por Manu Otero & Mónica Patxot
Poco tiempo tuvo Luisito para implantar su carácter en el Pontevedra, pero su discurso ya ha calado hondo. Los granates, con un once que bien podría firmar Jesús Ramos, lucieron una cara muy diferente a la habitual. Atosigaron a golpe de presión y ocasiones a su rival, que también estrenaba entrenador y quería el balón, pero el Pontevedra supo negárselo en el primer tiempo, y arrebatárselo en el segundo.
En el primer tiempo los granates acumularon hasta ocho ocasiones claras que solo su falta de acierto hizo que el partido no quedase sentenciado. En el segundo tiempo, el cansancio se hizo mella en los de Pasarón, que bajaron el ritmo y sufrieron para encontrar huecos en la defensa rival, que también tuvo opciones de castigar a la contra.
Las señas de identidad del nuevo Pontevedra ya son visibles. Los de Luisito asumen muchos más riesgos en defensa para no rifar el balón y los laterales tienen mucha más presencia ofensiva. Generó múltiples ocasiones de gol el conjunto local, que sigue lastrado por una falta de acierto que los aleja cada vez más de su objetivo.
No tardó ni un minuto el Pontevedra en demostrar que iba a por la victoria. Un saque de banda por la derecha acabó en un centro desde banda izquierda que le cayó a Rufo en los pies, pero su remate fue desviado a córner.
No bajó el pistón el cuadro granate ni un solo momento en una primera parte en la que acumularon cerca de una decena de ocasiones claras de gol. Rufo volvió a tenerla diez minutos después pero su volea, tras asistencia de Oier de cabeza, se fue por encima del larguero. Y, de nuevo, el ariete madrileño volvió a padecer la mala suerte que arrastra este año de cara a puerta al rematar alto un centro medido de Álex González al corazón del área pequeña.
No solo Rufo desperdició oportunidades. Antes de cumplir el minuto 20, Salcedo despejó de puños un cabezazo cruza de Oier Calvillo, otro de los que recuperó su mejor versión en el estreno de Luisito.
Mientras tanto el Guijuelo trataba de sacudirse la presión local con posesiones largas. Fue así como el balón acabó en los pies de Kike Pina, solo en la frontal del área, que no se atrevió a disparar después de recortar a su marcador. También la tuvo Kamal con un potente lanzamiento raso desde fuera del área que atrapó Mario con seguridad.
Antes, Rufo había tenido otra oportunidad de acabar con su sequía al hacerse en el interior del área con un despeje de Xisco. Controló, cuerpeó a su par, pero su disparo, forzado, salió rozando el poste.
Restaban cinco minutos para el descanso, pero los granates no se intentaban de buscar el gol. Otra vez Rufo cazó un balón a la espalda de los centrales, recortó y cedió para González que tiró mal con su pierna derecha y tampoco Charles, que trató de desviar el disparo, encontró la puerta de Salcedo. Y antes de pitido final, era Oier el que volvía a plantarse delante del portero para errar de nuevo en la definición con un disparo potente pero centrado que repelió el meta visitante.
Tras el paso por vestuarios, el juego se enfrió. El Guijuelo ajustó su defensa, mejoró su presión y dificultó el juego ofensivo de un Pontevedra que comenzó a padecer los efectos del cansancio y el esfuerzo de la primera mitad.
Hubo que esperar diez minutos para presenciar la primera acción de peligro, que volvió a ser para el Pontevedra y muy clara. Salieron los granates a la contra por medio de Rufo, que encontró a Charles y el brasileño vio cómo Álex González entraba solo para encarar la meta rival. Su asistencia fue defectuosa y, aunque el capitán logró controlar, la defensa se le echó encima y no pudo definir con comodidad. Salcedo detuvo su flojo y centrado disparo desde el punto de penalti.
Agitó el árbol Luisito en busca del merecido gol. Retiró a Damiá, que lo había intentado con un peligroso disparo lejano, para dar entrada a Jorge Fernández y dejar a Imanol como único pivote. Sin embargo, el paso adelante de los granates, que acabaron con una defensa de tres, lo aprovechó el Guijuelo, que tuvo dos claras ocasiones de dar la puntilla a un Pontevedra volcado.
Mario salió fuera del área a cortar un mano a mano, pero el rechace acabó en las botas de Kamal, cuya vaselina salvó Imanol bajo palos. Y aun cazó otro contragolpe el cuadro de Chuchi, que finalizó con un disparo alto. Antes habían reclamado penalti por unas manos de Xisco en el interior del área que el colegiado no señaló.
Por su parte, los granates lo intentaron por todos los medios, con más corazón que cabeza en el tramo final, pero fueron incapaces de perforar la metal rival. Suma un punto el Pontevedra, que mereció los tres. Un botín insuficiente en esta contrarreloj por engancharse a la lucha por los puestos altos de la tabla.
PONTEVEDRA CF: Mario; Aitor, Xisco, Pol Bueso, Zabaleta (Óscar, min. 80); Oier (Borja Martínez, min. 80), Damiá Sabater (Jorge Fernández, min. 70), Imanol, Álex González, Charles, Rufo
CD GUIJUELO: Salcedo; Damián, Lucas, Jonathan, Jose Antonio; Kamal, Cristóbal (Andi, min 67), Carlos Rubén (Deco, min. 87); Kike Pina (Mounir, min. 67), Isma Ferro (Pozo, min, 76), Pino (Miguel, min. 87).
Árbitro: Fernández Buergo (Asturias), asistido en las bandas por Mier Rodríguez y Bergareche Solana, amoestou a Damiá por parte del Pontevedra y a Lucias y Jonathan, por parte del Guijuelo.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 9 del subgrupo A del grupo I de la Segunda Divisón B, que había sido suspendido por el temporal de nieve Filomena, disputado en el estadio municipal de Pasarón (Pontevedra) sin público por las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia de la covid-19
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