El 2019 será recordado en el Pontevedra Club de Fútbol por ser un año de altibajos que terminó con la etapa de Luismi en el banquillo.
El conjunto granate estuvo cerca de pelear por el ascenso de categoría tras una buena segunda vuelta de competición. Llegó de hecho con todas las opciones abiertas a falta de dos jornadas, cuando una derrota en casa ante el Atlético de Madrid B acabó con sus esperanzas. Pese a ello la afición premió el esfuerzo de la plantilla con una sonora ovación en un momento para el recuerdo en el Estadio Municipal de Pasarón.
Con esa imagen en la retina tocaba reinventarse en un verano de cambios, con salidas sonadas del equipo como la del canterano Kevin Presa o la de David Castro, traspasado al Valencia, pero con las energías renovadas y elevando el listón de exigencia. Así la presidenta, Lupe Murillo, no se arrugó en el inicio de la pretemporada señalando a los jugadores "quiero que seais una plantilla de play-off y de ascenso".
Sin embargo esa ambición chocó con la realidad de un irregular inicio liguero. Sólo 9 puntos en las primeras nueve jornadas acabaron con el crédito de Luismi en el banquillo. El equipo, tras perder ante por el aquel entonces colista Getafe B, había tocado fondo y estaba muy lejos de las expectativas y a un solo punto de los puestos de descenso.
La presidenta habló de "falta de actitud" en la plantilla a la hora de cesar al técnico, pero dio un voto de confianza a los jugadores manteniendo que había mimbres para mejorar. Jesús Ramos, hasta entonces segundo entrenador, se hizo cargo del equipo de manera interina durante dos jornadas, con dos victorias, hasta la llegada de Carlos Pouso, que confirmó la tendencia al alza hasta situar al Pontevedra en la pelea por la fase de ascenso a final de año y todavía con toda la segunda vuelta por delante.
Además de lo deportivo, en lo institucional el último año se han experimentado avances en la vieja aspiración de construir una ciudad deportiva, primero con la aprobación de la cesión de terrenos por parte de los comuneros de Verducido y más tarde con la comparecencia de Lupe Murillo en la que aseguró que Costas veía "viable" la opción que más gusta en la entidad granate, A Xunqueira de Alba, llegando a estimar el coste del proyecto en los 2 millones de euros.
EL PEIXE GALEGO ASCIENDE POR SEGUNDA VEZ EN SU HISTORIA A LA LIGA LEB ORO
El premio a la constancia en el año 2019 fue para el Peixe Galego, que protagonizó el ascenso más sonado de la temporada al lograr subir, contra todo pronóstico y por segundo vez en su historia, a la Liga LEB Oro, la segunda categoría del baloncesto nacional.
El conjunto marinense obtuvo la recompensa a su perseverancia en una temporada larga, en la que primero sufrió para pasar el corte y situarse entre los 12 equipos que pelearían por el ascenso de categoría, y después no bajó los brazos. Así, cuando ya parecía descartado llegaron tres triunfos consecutivos al final de la segunda fase para meterse 'in extremis' en la eliminatoria definitiva. El rival sería un Villarrobledo ante el que habían perdido sus dos encuentros previos.
Sin embargo los de Javi Llorente creyeron en la gesta y vencieron por 16 puntos en el partido de ida. Faltaba el duelo de vuelta en el que tocaría sufrir, pero supieron hacerlo para defender su renta y convertirse en equipo de 'oro', un hito celebrado por todo lo alto en la villa.
Llegaría después el verano y una profunda reestructuración en el equipo para intentar competir en la nueva categoría, algo que está costando mucho esta campaña a un equipo limitado en sus armas por su ajustado presupuesto. Eso sí, que le quiten lo 'bailao' a los de A Raña.
EL TEUCRO DICE ADIÓS A LA LIGA ASOBAL
Por el contrario la peor noticia del curso la protagonizó la Sociedad Deportiva Teucro, al no ser capaz de conseguir la permanencia en la Liga Asobal.
Fue un año en el que todo lo que podía salir mal, terminó saliendo peor en los azules. La entidad pontevedresa apostó por una plantilla corta y joven, con el punto de experiencia que aportaba Davor Cutura, pero las inesperadas salidas todavía en diciembre de hombres como Natan Suárez y Dani Hernández por motivos muy diferentes y las lesiones en momentos puntuales castigaron a un equipo que transitó siempre por la zona baja de la tabla.
Aún así, los pontevedreses llegaron a la penúltima jornada de la liga con opciones de permanencia en la máxima categoría. Para ello debían vencer al Cangas en O Gatañal en un duelo a vida o muerte y después repetir en la última jornada esperando el tropiezo de su rival. No fueron necesarias las cuentas y los de Luis Montes perdieron en casa del vecino certificando de nuevo en la cancha morracense, como en 2016, su descenso a la División de Honor Plata.
De nuevo en la segunda categoría, el final de año está siendo un auténtico tormento para el cuadro teucrista, alejado de los primeros puestos con un preocupante irregularidad en su juego y resultados, contrastando con el histórico arranque de temporada de un Club Cisne que llega al parón navideño como líder destacado y soñando con su primer ascenso a Asobal.
En lo institucional tampoco bajan menos revueltas las aguas en casa Teucro, con la reciente dimisión del que ha sido su presidente durante los últimos 9 años, Carlos García-Alén, por motivos familiares. Sin candidatos en las primeras elecciones convocadas para sucederle, una junta gestora regirá por el momento el destino del vicedecano del balonmano nacional.