La palmera de Cuntis que se ha convertido en toda una obra de arte
Por Alejandro Espiño
Las palmeras afectadas por el picudo rojo tienen una segunda vida en Cuntis. El implacable avance de esta plaga obligaba a cortarlas pero gracias a la destreza de un vecino del municipio se han convertido en un atractivo más de esta villa termal.
Una original estatua, acompañada de un banco que se suma al mobiliario urbano del municipio, preside desde este fin de semana el parque situado entre la iglesia y la entrada al balneario.
No es la primera vez que su autor, Óscar Álvarez Buceta, que trabaja como autónomo realizando podas en altura, recupera un árbol similar mediante una intervención artística.
Su afición comenzó hace dos años cuando una familia de Cuntis le contrató para retirar un árbol que había plantado la matriarca, recientemente fallecida. El árbol superaba la altura de casa familiar y se había convertido en un problema, pero debido a su simbolismo querían mantener su presencia de alguna manera.
Todos recordaban cómo la mujer, todos los veranos, siempre se sentaba a su sombra. Así, Óscar lo tuvo claro. "Pensé en hacer un asiento que evocara esa imagen", explica a PontevedraViva.
Este trabajo fue el que llamó la atención del alcalde que, obligado a cortar las palmeras que por la invasión del picudo no se podían salvar, "me dijo que le gustaría que hiciese algo con ellas" y aprovecharlas artísticamente.
"Nadie me dijo lo que tenía que hacer. Me dejaron libertad y la idea fue mía", relata el autor de esta intervención, que reconoce que "tuve claro lo que quería" cuando estudió el lugar en el que se encontraba la palmera, en las inmediaciones de la iglesia parroquial.
A ello suma, dice entre risas, que se inspiró "viendo a nuestro cura", del que destaca que es alguien "excepcional" y que tiene una barriga "bastante pronunciada". La idea, convertir la palmera en una persona que tuviese la iglesia de fondo.
Con esos mimbres, Óscar pensó que "la foto encajaba" y con la imagen en su cabeza comenzó a trabajar. Talló la palmera con la única ayuda de su motosierra. Con ella "fui puliendo el tronco" y dando forma a la figura. "No la repasé con nada más", señala.
Eso le obligó a trabajar con mucho cuidado porque la madera es un material delicado y el trato debe ser muy cuidadoso. Cualquier despiste podía ser fatal para el resultado. "Lo hice en una mañana", recuerda. Prevé bautizarla como "chapanui" porque han sido muchos los vecinos que "me han dicho que se parece a las estatuas de la isla de Pascua".
En los últimos días, su obra se ha convertido en todo un fenómeno social en Cuntis. Todo el pueblo habla de ellas. Su éxito es indiscutible. Su creador reconoce que es "muy halagador" que "todo el mundo quiera ver tu trabajo" y agradece al gobierno municipal "que me haya brindado esta oportunidad". Y sí, si se lo piden hará más.