María Cacabelos: "en VISTAOPTICA conocemos a los clientes por su nombre"
VISTAOPTICA cumple dos años en Pontevedra. Al frente de su establecimiento de la calle Joaquín Costa, 27, se encuentra María Cacabelos, una óptica-optometrista que, después de 15 años trabajando a muchos kilómetros de su casa, decidió regresar y apostar por un negocio en su propia ciudad. Una historia en la que se mezcla el amor y el trabajo.
"Estudié en la Universidad de Santiago y a los pocos días de acabar la carrera ya tenía trabajo". Fueron unos años intensos, en diversos puntos de España. Su último destino, la isla de Gran Canaria.
"Mi familia ya llevaba un tiempo diciendo que nos volviéramos pero yo no lo tenía claro", hasta que una serie de casualidades precipitaron la decisión: "nos enteramos de que la dueña de este local [un ultramarinos] se jubilaba" y, tras hablar con ella, pese a que tenía muchas ofertas, "la señora insistió en que quería que fuera para nosotros". A esta circunstancia, se sumaba un bebé en camino. Y entonces la respuesta fue clara.
María Cacabelos y Miguel Santana combinan a la perfección proyecto familiar y profesional. Y esta filosofía de vida la trasladan al trato con el cliente: "es muy importante que haya buena comunicación entre el equipo" y hacia el público, "el tú a tú, conocer a los clientes por su nombre, saber su historia..." y, a su vez, que ellos tengan siempre a su óptica-optometrista de referencia.
Para desmontar mitos sobre la visita a la Óptica, en donde sigue habiendo la creencia de que van a intentar venderte gafas a toda costa, nos cuentan la anécdota de un padre que acudió con su hijo pequeño. Tras hacer la revisión, María le recomendó que, de momento, el niño no necesitaba gafas y que regresase en 6 meses para ver la evolución. El padre se quedó sorprendido.
Es por ello que animan a que la gente se acerque a VISTAOPTICA Pontevedra para realizar una revisión totalmente gratuita, un hábito básico para poder corregir a tiempo problemas de visión: "sabemos que, en adultos, un problema visual que no se atiende en dos años, la tendencia es a que empeore".
Para adultos, recomiendan una revisión cada dos años, si no existe un problema que requiera otros tiempos; y, para niños, una vez al año. En este sentido, María ofrece unas pistas a los padres que delatan un posible problema de visión en los niños: "si el niño mientras hace una tarea del colegio o está con la tablet empieza a torcer la cabeza, o se frota un ojo, se acerca mucho, te dice que le duele la cabeza o, simplemente, que muestra falta de interés por hacer un trabajo de cerca".
Otro punto que merece una aclaración es el de las gafas de sol. ¿Por qué protegerse? "Porque la córnea es la parte más sensible del cuerpo y el ojo está sometido habitualmente a la absorción de la longitud de onda de la luz". Incluso en días nublados habría que estar atento. Si hay mucha luz, hay que protegerse, igual que hacemos con la piel, porque en ambos casos "el efecto del sol es acumulativo y a largo plazo se ven las consecuencias".
Desde VISTAOPTICA advierten que no vale cualquier gafa de sol para protegerse, por lo que habría que desconfiar de las que se venden en bazares. Incluso, como óptica-optometrista, María alerta que, en muchos casos, en las gafas que se venden fuera de un establecimiento sanitario se falsifican las etiquetas, por lo que no estaríamos protegidos. En otros, aunque las lentes indiquen correctamente que llevan el obligatorio filtro UV, hay que saber que, "en unas gafas de sol sin control sanitario, el grado de protección va a ser el más bajo dentro de los UV, casi como no llevar gafas".
¿Cómo podemos entonces estar seguros de que una gafa de sol va a protegernos? "Esa garantía de seguridad solo te la puede dar una óptica, como establecimiento sanitario que es". Y lo mismo se aplica a otro tipo de gafas, ahora que se han puesto de moda unas pequeñas gafas para leer que en mercadillos se venden por tan solo un euro: "en realidad, actúan como lupas. Quizá para un uso ocasional, como leer una etiqueta en el supermercado, no pase nada, pero su uso continuado puede provocar consecuencias, como un aumento descontrolado de la presbicia, al elegir graduaciones por encima de la necesaria (ver más grande no significa ver mejor). Además, lagrimeos, cefaleas, fatiga ocular, son síntomas frecuentes tras un uso prolongado de este tipo de compensación óptica. Incluso hay posibilidad de generarse errores de graduación en visión lejana debido al mal uso de este tipo de lupas".
VISTAOPTICA es una gran cadena que cuenta con 90 ópticas y 50 años de experiencia dentro del sector. Al montar su establecimiento, María y Miguel sopesaron diversas opciones de franquicia. Pero una reunión con los responsables de la marca en Barcelona fue definitiva: "la cercanía con que nos trataron" y el hecho de que, a diferencia de otras franquicias, "dan al óptico mucha autonomía, tanto en su trabajo como en el producto y en la decoración del local".
Además, estar amparados por una gran marca, les permite poder ofrecer unos precios muy competitivos a sus clientes "manteniendo lógicamente el mínimo de calidad que nos exigimos al ser un establecimiento sanitario". Para María Cacabelos, la salud ocular no puede ser un artículo de lujo y, por eso, ofrece posibilidades de financiación sin intereses y compra a plazos desde 20 euros al mes.
Este compromiso con la salud queda manifiesto también en el convenio que tienen con el SERGAS, como Centro Óptico Concertado: "nos derivan el paciente del médico de cabecera para hacer una revisión y si yo detecto que tiene una anomalía que se puede solucionar con gafas o lentillas, relleno una ficha con las indicaciones para el médico de cabecera o bien, si se necesita otro tratamiento médico, entonces se derivaría al especialista, que es el oftalmólogo". De este modo, actúan de intermediarios entre la atención primaria y el especialista y contribuyen a liberar las listas de espera de la Sanidad Pública.