Incendio en una floristería de Paseo de Colón
Por Alejandro Espiño
Un cortocircuito, según los primeros indicios, fue la causa del incendio que se produjo en El jardín de Anabel, una floristería de la calle Paseo de Colón. Fueron los propios vecinos los que, alrededor de las diez de la noche, alertaron de las llamas a los dueños del establecimiento, que ocupa uno de los bajos comerciales del edificio número 15.
Dos dotaciones de los Bomberos de Pontevedra se acercaron hasta el local donde apagaron las llamas rápidamente. El fuego, que se originó en la zona del almacén de la floristería, apenas provocó daños. Según explicó a PontevedraViva uno de los dueños del establecimiento, "el problema fue el calor y el humo, que han destrozado casi todo lo que teníamos dentro".
El almacén, dijo, estaba lleno de material, "sobre todo de sacos, plásticos y cartón", lo que provocó un humo intenso que, a través del falso techo que los une, afectó tanto a los dos negocios anexos, una tienda de ropa de trabajo y una sucursal de NovaGalicia Banco, como a las viviendas particulares.
"A esa hora, estaba casi todo ello mundo en el edificio. Estábamos cenando y nos asustamos porque olía mucho a humo. Nos llamamos unos a otros. No sabíamos lo que estaba pasando", relató uno de los vecinos. Al principio, explicó, "pensamos que estaba ardiendo el cuarto de contadores (que está pared con pared con la floristería), porque salia mucho humo de ahí. Pero al salir ya vimos que era la floristería".
Las fuerzas de seguridad no ordenaron el desalojo del edificio, pero sí recomendaron a los vecinos que cerraran sus ventanas, para evitar que entrase más humo. Los vecinos que, alertados por el suceso, bajaron a la calle, no pudieron volver a sus casas hasta que los Bomberos terminaron con los trabajos de extinción del incendio y con las mediciones de los niveles de monóxido de carbono.
Con todo, varias familias optaron por abandonar sus casas y pasar la noche con familiares o amigos, porque aseguraron que el olor a humo era "insoportable".
En el incendio no se produjeron daños personales. Apenas habían pasado veinte minutos desde que los dueños de la floristería, que lleva abierta en ese local desde hace tan sólo dos meses, habían cerrado el establecimiento. "Estábamos cenando y nos empezaron a llamar los vecinos. No podíamos creer lo que nos estaban diciendo", asegura el propietario. Ahora tienen por delante valorar los daños materiales.