La cafetería del Náutico, en punto muerto: rescindirán el contrato a la empresa que se interesó por ella
Por Alejandro Espiño
Cuando hace apenas seis meses se conocía el proyecto de reapertura de la cafetería del Náutico, fueron muchos los que se alegraron. Los primeros, los miembros del propio Club Naval, cuya directiva se mostraba entusiasmada con la idea de poder recuperar un enclave tan significativo, cerrado al público desde hace varios años.
No era para menos, su directiva había firmado un contrato con una empresa viguesa para abrir en ella un ambicioso establecimiento hostelero. Pero el tiempo fue pasando y, tras haber comenzado una serie de obras para desescombrar las instalaciones, dejaron de tener noticias del nuevo inquilino. Tanto es así que el proyecto está prácticamente descartado.
El presidente del Club Naval, Carlos Paz, no oculta su decepción por haberse frustrado, al menos de momento, la reapertura de la cafetería. "Estábamos muy ilusionados", reconoce.
"No sabemos muy bien lo que ha pasado", explica a preguntas de PontevedraViva. "Empezaron a hacer obras para retirar todo lo que no les servía, levantar el suelo y tirar tabiques, pero se ha quedado todo a medias", relata a medida que pasea por las instalaciones.
Un día, los obreros dejaron de venir "y no volvimos a saber nada de ellos". Pasado un tiempo, se puso en contacto con la persona con la que había negociado la directiva "pero me dijo que ya no trabajaba en esa empresa". Ponerse en contacto con los nuevos gerentes, reconoce, "fue toda una odisea" porque "les llamaba y no me cogían el teléfono".
Cuando lo logró, éstos le aseguraron que seguían interesados en el proyecto "y me pidieron que les mandara el contrato, porque la persona que la había firmado se lo había llevado y no lo tenían". Le prometieron que lo estudiarían y le darían una contestación. Pero no ha sido así y el Club Naval se ha cansado.
"Les hemos mandado un burofax para comunicarles que vamos a rescindir el contrato", asegura Carlos Paz. Aunque matiza que "si me llaman mañana estamos dispuestos a hablar", tiene claro que no van a esperar más porque "ya hay varias personas que han preguntado por el local" y, desde luego, no quieren dejar escapar una posible segunda oportunidad.
"Es una lástima porque el proyecto era muy bonito", explica el presidente del club. Tanto que habían acordado que, a cambio de las obras, los inquilinos no pagarían alquiler durante el primer año. Iba a ser un espacio que permanecería abierto durante todo el día con servicio de restaurante, cafetería y también funcionaría como local de copas durante la noche.
Ahora, toca comenzar de nuevo todo el proceso para buscar un emprendedor que quiera rescatar esta cafetería del olvido en el que se encuentra sumida. En el Club Naval esperan que, a la segunda, vaya la vencida y no haya que esperar a una tercera.
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