A juicio en Pontevedra por tratar de quemar vivo a un hijo que evitaba que su madre fuese violada
Por Redacción
Cada cierto tiempo llega a la Audiencia de Pontevedra uno de esos juicios que, con solo leer el escrito de acusación, hace que se te hiele la sangre. Es el caso del que se juzgará el próximo jueves 7 de abril. El acusado es un padre que está acusado de intentar quemar vivo a su propio hijo cuando éste salió en defensa de su madre, a la que el hombre estaba pegando de una forma brutal tras haberla intentado violar previamente.
Así resume los hechos el escrito de la Fiscalía que, en total, solicita a la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra que se le condene a 17 años y 11 meses de prisión por los delitos de agresión sexual, lesiones, lesiones en grado de tentativa, homicidio en grado de tentativa y atentado a la autoridad.
Los hechos, que fueron instruidos por los juzgados de Ponteareas, se produjeron en el domicilio familiar que compartían todos ellos en Salvaterra do Miño sobre las siete de la mañana del 27 de junio de 2015.
El acusado, que según el fiscal había estado bebiendo fuera de casa, se encontró con su mujer en el garaje y "con la finalidad de satisfacer su deseo sexual", la empujó y la arrastró hasta introducirla en la bodega, donde tras sujetarla de la garganta, le dio la vuelta, le retorció el brazo y le comenzó a bajar los pantalones, mientras ella se resistía y solicitaba auxilio a su hijo para que éste, que era menor de edad, pidiese ayuda.
La agresión sexual no se consumó, relata el escrito de acusación, porque la mujer logró huir de su marido y llegar hasta el patio de la vivienda. Fue allí cuando éste la agarró por los pelos "tirándola al suelo y dándole patadas y bofetadas".
El hijo de la pareja salió de su habitación alertado por los gritos de su madre, pidiendo "insistentemente" a su padre que dejara de golpear a su madre. Tras ello, perdió el conocimiento. Su padre regresó entonces al garaje a coger un bidón de gasolina "para acabar con la vida del mismo por haber auxiliado a su madre".
Con el bidón de gasolina en la mano, el hombre se llevó por la fuerza a su hijo de nuevo a la habitación y tras cerrar la puerta roció la cama de gasolina con la intención de quemarlo vivo, afirmando, según el fiscal, que "has llorado cuando has nacido, pero ahora vas a llorar más".
Ante los gritos de los vecinos, el acusado abrió la puerta de la habitación, momento en el que madre e hijo lograron escapar y refugiarse en casa de unos vecinos, siendo perseguidos por su agresor con un cuchillo en la mano y mientras les arrojaba piedras y botellas de cristal.
También intentó agredir a los agentes de la Guardia Civil que se personaron alertados por los vecinos y a los que también arrojó una escopeta de aire comprimido que impactó contra el cristal del vehículo oficial, atrincherándose en su vivienda durante más de tres horas.
Además de cárcel, la Fiscalía pide que se le prohíba acercarse a su esposa durante seis años, a contar desde su salida de prisión, y a su hijo por ocho años. También solicitarán al tribunal que se le prohíba la tenencia de armas durante otros tres años.