El centro histórico está "cardioprotegido"
Por Oskar Viéitez
Por cada minuto que nos retrasamos en las maniobras de resucitación las posibilidades de sobrevivir disminuyen entre un 7 y un 10 por ciento.
Actualmente sólo se evitan el 2 por ciento de los fallecimientos por muerte súbita, una causa que provoca 40.000 muertes al año en España y que se caracteriza por ser rápida e inesperada, puede producirse en cualquier momento y a cualquier edad, sin previo aviso y de manera no violenta.
La mayor parte de los casos se producen fuera del ámbito hospitalario y en lugares públicos, por lo que disponer de un desfibrilador es vital para salvar la vida del paciente o evitar las complicaciones asociadas a la pérdida de conocimiento durante más de diez minutos.
El tener acceso a un desfibrilador en los lugares públicos podría evitar hasta un 20 por ciento de los casos de muerte súbita, así lo entiende José Carlos Martínez, propietario de la farmacia sita en Curros Enríquez que ha dotado a su establecimiento de este aparato electrónico para su uso público.
Curiosamente es la única farmacia de toda Galicia que dispone de un desfibrilador al servicio de la ciudadanía.
Apenas llevan dos meses con él y al tener las farmacias prohibido hacer publicidad la presencia del desfibrilador no era muy conocida, aunque si lo saben en el Servicio de Urgencias del 061, de modo que los responsables de atender las emergencias sanitarias dispondrán de él para atender con mayor rapidez, por ejemplo, un caso de infarto en la zona monumental.
José Carlos Martínez además de pagar de su bolsillo los cinco mil euros que costó está máquina tuvo que hacer, junto al resto de los trabajadores de la farmacia, un curso para conocer el funcionamiento del dispositivo.
Todos coincidimos en que sería un grave error leer un día la noticia de "Murió de un paro cardíaco en la puerta de una farmacia", José Carlos Martínez, está decidido a que esto no ocurra, por lo menos ante su farmacia. Que cunda el ejemplo.