Condenado a cinco años de prisión por abusar de la hija de su pareja, de seis años
Por Natalia Puga
El vecino de Zamora José Carlos G.C. deberá cumplir cinco años de prisión por haber abusado sexualmente de una niña de seis años hija de la que fue su novia. Los hechos ocurrieron en el año 2012 en un domicilio de Porriño en el que el acusado convivía con su pareja y las dos hijas menores de ella y acaban de ser sentenciados por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra.
El tribunal provincial le condena como autor de un delito continuado de abusos sexuales a menor de 13 años (en este caso, seis) a cinco años de prisión, pero también a la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de su víctima, su domicilio u otro lugar que frecuente o de comunicarse con ella durante seis años. Además, en concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a la hija de su ex novia con 3.000 euros por el daño moral que le ocasionó.
El acusado, que antes de esta condena no tenía antecedentes, mantuvo una relación sentimental con la madre de la víctima durante entre dos y tres años y en ocasiones convivía con ella y con sus dos hijas menores de edad, con las que, según recoge al sentencia, mantenía una buena relación y trato familiar.
En fechas no determinadas por el fallo del tribunal pero, en todo caso, cuando ella tenía seis años, el acusado se quedó varias veces solo al cuidado de la menor en la casa de la madre y se aprovechó del "buen clima familiar y de confianza existente" para abusar de ella. Esto ocurrió durante un periodo de tiempo que no se puede concretar y en diversas ocasiones, pero la sentencia tampoco logró establecer cuántas.
El tribunal considera probado que "con el pretexto de jugar con la menor", la llevaba al dormitorio de su madre y, una vez allí, "con intención de satisfacer sus deseos libidinosos", el acusado y la menor se desnudaban de cintura para abajo procediendo José Carlos a tocar los genitales de la menor a la vez que solicitaba de ésta que le tocara el pene.
Los hechos salieron a la luz cuando la menor contó a su madre que tenía un secreto con José Carlos y le detalló que jugaban a distintos juegos, entre ellos, a médicos y enfermeras. Tras estos hechos, la mujer decidió acabar al relación, llevar a la niña al médico y presentar una denuncia por abusos sexuales.
La víctima declaró a puerta cerrada en la Audiencia, pero la sentencia hace referencia al contenido de su declaración y recoge que "reúne los requisitos de ausencia de incredibilidad subjetiva, verosimilitud y persistencia en la incriminación a los que alude la jurisprudencia del Alto Tribunal". Además, tampoco se han observado ni se han evidenciado ni se han acreditado signos de animadversión o venganza en la menor hacia el acusado que le haya conducido a efectuar una acusación tan grave, ni motivaciones espurias ajenas a los hechos.