Ruptura total en el PP: Jacobo Moreira y los seis ediles críticos "casi ni se hablan"
Por Alejandro Espiño
El cisma que se vive en el seno del grupo municipal del PP, lejos de haberse apaciguado, está más vivo que nunca. Y es que el conflicto entre ambas partes, que se hizo público tras la ruptura de la disciplina de voto por parte de cinco de sus concejales al abstenerse en una moción presentada por Jacobo Moreira, se cerró en falso antes de las elecciones autonómicas. Las heridas siguen abiertas y sangrando.
Fuentes del partido reconocen que la relación entre Jacobo Moreira y los seis ediles díscolos es "prácticamente inexistente". Tienen los mínimos contactos necesarios para que se mantenga cierta actividad en el grupo, pero "casi ni se hablan", aseguran los interlocutores con los que ha podido hablar PontevedraViva. "La oficina que tienen en el Concello casi no se usa, solo van allí a leer el periódico", cuentan no pocos funcionarios municipales.
Desde hace semanas, el trabajo diario del grupo municipal recae principalmente en el propio Jacobo Moreira y los cuatro concejales que se mantienen a su lado: María José Rodríguez Teso, Ana Isabel Vázquez, Beatriz García Riestra y César Abal. Son ellos los que acompañan siempre al portavoz municipal en los, por otro lado, escasos actos públicos (ha dejado incluso de dar la rueda de prensa semanal) en los que se deja ver en las últimas semanas, el último de ellos, en la Brilat.
Por su parte, el grupo encabezado por José Manuel Guillán, trabaja de forma paralela. ÿl y los cuatro otros concejales que se rebelaron en el pleno, Begoña Laya, Ricardo Aguilar, Pablo Fernández y María Biempica, a los que se sumó Celia Soto, ausente en dicha sesión plenaria, sigue participando en sus respectivas comisiones, pero en el partido aseguran que apenas pasan por la sede de la calle Oliva y los contactos que mantienen con diferentes asociaciones se producen siempre al margen del aparato local.
Y el recurso judicial presentado por Jacobo Moreira para que se repongan los sueldos de sus concejales (las tres dedicaciones exclusivas y el contrato de personal de confianza) no ha ayudado. Los críticos aseguran que ellos desconocían que su portavoz hubiese presentado ese requerimiento. Hablan directamente de un "gran error" de Moreira, ya que creen que la situación se resolvería mejor con una negociación directa con el bipartito. Pero desde el sector oficialista insisten en que sí sabían del recurso, ya que el portavoz les informó de él en una de sus reuniones.
A pesar del evidente distanciamiento entre ellos, públicamente Jacobo Moreira niega que exista esta tensión. Preguntado por PontevedraViva sobre la crisis en el grupo municipal, asegura que "todos trabajamos con normalidad". De hecho, explica que el pasado martes mantuvieron una reunión interna "y nadie me dijo nada de ningún problema". En este sentido dice estar "totalmente tranquilo" ante lo que pueda pasar.
En los últimos días, se apunta que el propio Alfonso Rueda, secretario de organización del PPdeG, podría tomar cartas en el asunto
Sea como sea, la solución a esta división interna no parece fácil. Los críticos ya no reconocen a Jacobo Moreira como interlocutor válido para limar asperezas, pero aseguran que la última reunión que mantuvieron con Rafael Louzán "no sirvió para nada". Apuntan pues mucho más alto. En los últimos días, se apunta que el propio Alfonso Rueda, secretario de organización del PPdeG, podría tomar cartas en el asunto.
Tendrá que hacerlo rápido, porque aunque ninguna de ambas partes habla abiertamente de escisión, la posibilidad de que estos seis concejales abandonen el PP y pasen a ser ediles no adscritos, como en su día lo fue José Riván Fontán, cobra fuerza cada día que pasa. De hecho, los "díscolos" ya habrían estado informándose sobre una posibilidad que, de confirmarse, dejaría a los populares con un grupo de sólo cinco ediles. No sólo habría menos puestos de representación para ellos, sino que el daño a su imagen sería muy difícil de reparar.