Juzgan a un alumno de Pontevedra por violar a una compañera de instituto en el paseo de los Gafos
Por Natalia Puga
La Audiencia de Pontevedra juzgará el próximo jueves, 7 de marzo, a un joven pontevedrés que presuntamente violó a otra joven que era compañera suya en un instituto de la ciudad en octubre de 2022.
El joven se sentará en el banquillo de los acusados de la sección segunda de la Audiencia y la Fiscalía pide que sea condenado a ocho años de prisión como autor de un delito de agresión sexual en su modalidad de violación.
El acusado y su víctima eran ambos mayores de edad y se conocieron en septiembre de 2022 cuando ambos estudiaban en el mismo instituto. Se hicieron amigos y el 10 de octubre de ese año, cuando llegó la hora del recreo, sobre las 11.00 horas, él le pidió que le acompañase fuera del instituto, hasta un supermercado de la misma calle, para comprar algo de comer.
Fueron juntos y, a la salida, el procesado le pidió que diesen un paseo. Ella accedió, bajaron unas escaleras de madera que dan acceso hasta el paseo del río de los Gafos, se sentaron en un banco y, una vez allí, tras un rato conversando, él le realizó tocamientos no consentidos.
Según el fiscal, "guiado por un ánimo libidinoso y con el afán de atentar contra la libre determinación sexual de quien le acompañaba y sin su consentimiento", le tocó los muslos, le besó por el cuello y la boca, le tocó la zona vaginal por encima de la ropa y le manoseó los pechos.
Durante todo ese tiempo, pese a que ella le pedía que parase, que no quería que le tocase, que le incomodaba, él siguió, hasta que ella logró zafarse e incorporarse del banco y le dijo que quería volver al instituto. Él le dijo que sabía un camino más corto para llegar antes, la agarró de la muñeca y la llevó a la zona trasera de una caseta.
Allí, se paró en seco y la violó. Le introdujo los dedos en la vagina, a pesar de su oposición y de que intentaba apartarle. Al cabo de dos minutos, sacó su mano y regresaron al instituto.
Durante días siguientes, la chica sufrió ataques de ansiedad, vómitos, crisis de llanto y tristeza continuos con importante afectación psicológica.
Además de ocho años de prisión, la Fiscalía pide que se le condene a la prohibición de aproximarse a menos de 100 metros de su víctima, su domicilio, lugar de estudio o trabajo o cualquier otro en el que pudiera encontrarse, así como de comunicarse directamente con ella durante otros ocho años. Una vez cumplidas las penas anteriores, pide otros ocho años de libertad vigilada.
La Fiscalía también pide su inhabilitación para profesión, oficia o actividades sean o no retribuidos, que conlleve un contacto regular y directo con personas menores durante 15 años y que indemnice a su víctima con 5.000 euros.