José Benito García Iglesias
La isla de Tambo (Primera parte)
El filósofo Manuel García Morente (1886-1942) dejó dicho: "En medio de la ría, una isla, la Isla de Tambo, se mece entre las aguas como una ballena en descanso".
La Isla de Tambo, situada en medio de la ría de Pontevedra, a caballo entre Marín y Combarro, tiene una superficie de 28 hectáreas y alcanza los 80 metros de altitud en el monte San Facundo. Es ovalada y tiene una típica forma piramidal completamente cubierta de arbolada, especialmente eucaliptos.
Cuenta la isla con dos playas unidas en la parte norte de la isla (Area da Illa y Adreirá) y tres pequeños embarcaderos. Por el lado sur tiene una pequeña península que parece casi una isla vista desde tierra y que cuenta con un viejo faro.
El faro de Tenlo Chico es una torre de mampostería de 20 metros de altura, inaugurado el 30 de noviembre de 1922. A lo largo de los años se fueron incorporando diferentes avances tecnológicos, en 1955 se equipó el faro con una óptica dióptrica de 375 milímetros de diámetro y con doble quemador de acetileno de llama desnuda. En la década de 1980 se sustituyó ese sistema por otro eléctrico de baja tensión. El faro baliza la entrada por la boca sur de la ría de Pontevedra, con una luz blanca de diez millas de alcance y una luz verde de 8 millas de alcance.
Sobre la titularidad de esta isla está claro y no hay duda, técnicamente sigue siendo propiedad del Ministerio de Defensa, de la Armada. Si bien administrativamente pertenece al municipio de Poio.
La isla fue de uso militar desde los años 40 del siglo pasado. En 1943 con la apertura de la Escuela Naval Militar la isla se convirtió en un arsenal militar y campo de maniobras de la Armada, y hasta el año 2002 fue considerada enclave estratégico. Incluso se quiso construir en ella una pista de aterrizaje para aviones militares en los años 50 del pasado siglo.
Entre las instalaciones militares había un polvorín subterráneo de la Marina, hoy abandonado y en ruinas. Tiene varias casitas en la costa norte, alguna barraca y la casa donde se alojaba el oficial asignado a la patrulla de vigilancia de turno encargada de custodiar la isla.
Así las cosas, la Xunta de Galicia ya le ha negado el valor natural suficiente para la integración en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas que defienden ayuntamientos y organizaciones ciudadanas, aunque esto no le resta el gran valor histórico turístico que contiene ya que en sus escasas 28 hectáreas guarda una parte importante de la historia de la comarca de Pontevedra que está por descubrir, junto con numerosas leyendas.
En un principio fue denominada Thalavo, Tanavo y Toambo, aunque la versión histórica más creíble es la que asocia su topónimo a la raíz latina "tumulus" o la griega "tumbos", que hacen alusión a su forma circular y elevada a modo de monte sepulcral, de ahí que alguien quisiera asociar esta peculiar característica para decir que Tambo es la transformación que el nombre "Tumba" pudo haber tenido en el tiempo.
Además de esta teoría, existen estudios que sostienen que existió en la isla un altar pagano construido como culto hacia el Dios Tomeóbrigo, e incluso un templo dedicado a Neptuno, pero no se han encontrado resto alguno.
De lo que sí tenemos constancia es de la existencia de restos de un pequeño asentamiento castreño de la Edad de Hierro, hacia el siglo VI a. C., en la parte más elevada del territorio.
(Continúa)