Jesús Rodríguez Iglesias "Observador"
Este no es mi Pontevedra
No me extraña que cada vez las gradas de Pasarón se vean más desiertas. El juego del equipo en las dos últimas temporadas -con Milo como entrenador- duerme a las ovejas. No existe un patrón y cualquier equipo que viene por ahí está mejor plantado sobre el terreno de juego, por lo menos tienen disciplina de grupo y saben a lo que juegan, los granates, partido si y partido también, nos ofrecen todo lo contrario salvo raras excepciones, como el primer tiempo ante el Celta B o los primeros 45 minutos frente al Narón, por el acierto individual de Jacobo, más que por el quehacer colectivo del grupo.
Pero la 'desfeita' que asola al Club Pontevedra S.A.D., desde que se hizo cargo de la dirección técnica Milo Abelleira, alcanza también al filial y al juvenil de División de Honor, dos equipos que están jugando con el descenso de categoría, cuyos 'encargados' -que diría un amigo mío- no están a la altura de las circunstancias, por que da la impresión de que lo más redondo que han visto ha sido una onza de chocolate, por lo que el panorama que nos espera de ahora al final de las competiciones es la incertidumbre de lo que sean capaces de hacer dos equipos que luchan por evitar el descenso de categoría. Nadie se explica, el por qué los jugadores jóvenes que no van con el primer equipo no puedan reforzar al filial, y lo mismo sucede con el conjunto juvenil, se vuelve a producir la misma situación que la campaña pasada, en aquella ocasión por el capricho del entrenador de juveniles.
Este no es mi Pontevedra. Me lo han cambiado desde que se convirtió en Sociedad Anónima Deportiva. Desde ese momento la cosa ha ido de mal en peor, y si los primeros años de Nino Mirón fueron espectaculares, los últimos resultaron un desastre al punto que volvió a meter a la sociedad en unos parámetros económicos que asustan para una ciudad como Pontevedra. La solución, marcharse y dejar este club en manos de un inepto, sin preparación de ningún tipo y sin categoría para ser presidente de una entidad como la granate, porque aunque este equipo esté en Tercera, tiene un bagaje y una historia que no se merece un personaje como este. Un hombre sin criterio y sin palabra, que hace ya algún tiempo anunció su dimisión y sigue agarrándose al cargo, no se sabe la razón, o sí se sabe y no la quiere decir. Es un dictador, y en este sentido hablo con conocimiento de causa por la faena que le hizo a unos socios conocidos, los cuales veo difícil que vuelvan a sacar el carné si sigue este ejemplar como máximo responsable de la familia granate. Ambos los dos, presidente y entrenador, le están haciendo un flaco favor al Pontevedra SAD, pero allá los accionistas, porque los socios, los pocos que van quedando, no tienen ni voz ni voto, sólo el derecho a pagar, por cierto, unas cantidades excesivas para un equipo de Tercera División. Yo me pregunto ¿para cuándo la junta de accionistas y el relevo en el Consejo de Administración?
05.03.2013