Rodrigo Cota
Rajoy y los alcaldes
Es sintomática esa manía de Rajoy de hacer que la crisis la paguen los débiles. No me imagino yo a Emilio Botín preocupado por la subida del IVA: "Manuela, compra las alubias en Carrefour, que están de oferta". Eso, en caso de que su esposa se llame Manuela, que lo ignoro. Tampoco creo que le preocupen las subidas de la gasolina, del tabaco o de la factura del agua. La banca lo que ha recibido son ayudas.
Las reformas contra la crisis no han incluido ni una única medida, ni siquiera a modo de gesto, que afecte a los que más tienen. Lo último es la reforma de las administraciones locales, que nuevamente afecta a los más castigados. El 82% de los concejales no cobrarán dedicaciones, dicen. Pero no dicen que la inmensa mayoría de ellos ya no las cobraban. Los alcaldes se bajarán los sueldos, añaden, pero tiene que ser la prensa la que nos diga que esa medida afectará casi en exclusiva a los alcaldes de ayuntamientos pequeños, que ya son los que menos cobran. Como ejemplo, hay alcaldes que perderán 5.000 euros al año de los 35.000 brutos que viene cobrando. Eso supone que, descontadas cotizaciones y retenciones, se quedarán con una nómina de unos 20.000 netos al año o poco más. No es gran cosa para un alcalde que trabaja como un cabrón siete días a la semana.
Mientras tanto, al alcalde de Pontevedra o de una ciudad similar en número de habitantes, se le asigna un tope salarial que le permitiría incluso subirse el sueldo unos 7.000 euros al año.
Siempre a por el débil, en este caso a por el alcalde cuyos concejales ya no tienen hoy una dedicación exclusiva y que por tanto se tiene que echar a las espaldas un mayor grado de responsabilidad porque es el único que cobra. Yo he visto a algún alcalde de pueblo abandonar una caña de domingo con sus amigos para largarse a resolver un problema de un vecino que le llama al móvil: "Vente ya, que voy a matar a Paco, que no quiere cortar una rama de un manzano que sobrepasa en dos milímetros los lindes de una finca mía que tengo por ahí abandonada".
Sin embargo, como siempre, no se toca a los poderosos. Mientras muchos alcaldes de pueblo se convertirán casi en mileuristas, los diputados nacionales o autonómicos, eurodiputados y senadores, seguirán gozando de sueldos astronómicos y prebendas millonarias, porque con esos Rajoy no tiene cojones. Seguirán disfrutando de pensiones bestiales, dietas obscenas, tabletas de ésas que pierden, vuelos gratuitos y bonos de taxi. En todo eso no hay que ahorrar, porque aquí no se trata de ahorrar, se trata de vender una imagen falsa: "como los políticos caen mal, digámosle a la gente que los políticos cobrarán menos". Pues no es verdad. Los únicos políticos que cobrarán menos son los que ya cobraban menos. El resto, los que cobran mucho, cobrarán lo mismo o más.
19.02.2013