Manuel Pérez Lourido
Tendencias de baño. Las prendas de moda para el primer chapuzón
De este titular rescato la última palabra: sonora, fresca y salpicante. Un aumentativo de los que ya no quedan. Comienza con la afilada sonoridad ch y termina con el capón de la zeta en la nuca del oyente. Cuando comencé este párrafo mi ser estaba rendido a este vocablo y yo dispuesto a zambullirme en sus delicias para exponerlas ante ustedes como si fuese un recetario para combatir el tedio, pero he decidido magnánimamente dedicar también unos minutos a sus compañeros de sintagma.
"Tentaciones". Era el nombre de un mítico suplemento de tendencias que publicaba el diario El País, cuando aún le teníamos un poco de respeto, cada viernes. La música ocupaba la mayor parte de las páginas, que devorábamos con frenesí (como en la letra de una canción cualquiera de Danza Invisible). Ni antes ni ahora supimos qué significaba "tendencias", pese a lo cual nuestra vida transcurría tan ricamente. Ahora ya no tanto, pero estamos viendo brotes verdes. Llevamos casi una década viendo brotes verdes, de hecho. Tenemos el valle repleto de brotes, debido a que está bien regado de lágrimas.
"Tendencias de baño". Ahí ya estás yendo de sobrado, coleguita. No sabemos qué son las tendencias, ¿cómo vamos a distinguir las de baño?. Menos mal que algo aclara la frase siguiente.
"Las prendas de moda para el primer chapuzón". ¿Quién ha puesto esas prendas de baño de moda si estamos en Mayo, si apenas hemos tenido dos días de playa? Seguro que fue un gabinete de expertos de Madrid, que no repararon en lo absurdo de promocionar moda de baño desde una ciudad que no tiene playas. ¿Ustedes se acuerda de The Refrescos?. Yo tampoco. Bueno, sí, venga: eran aquel grupo, por llamarle algo, que surgió en los 80 con una única canción de la que jamás salieron, como si quedasen atrapados de ella hasta el fin de los tiempos. La frase más conocida de la letra decía: "vaya, vaya, aquí no hay playa". Con este escaso bagaje literario lo petaron, como se dice ahora. Si usted quiere liderar las listas de éxitos del pop más popero no es recomendable que recite el Quijote, aunque convendría tener algo que decir. O no. Nos acordamos por un segundo de "sufre, mamón, devuélve a mi chica" o "seré tu amante bandido, bandido, corazón, corazón malherido". No los torturaré más. Esto iba de moda de baño y no de flagelaciones.
Tendencias de baño. Las prendas de moda para el primer chapuzón. Si lee este enunciado quince veces seguidas puede entrar en trance. Es una frase alucinógena, de hecho, que se puede llevar apuntada en un papelito en el bolsillo como si fuese una china de hachís, para lo que haga falta. El hachís es mucho más suave, donde va a parar, y su consumo en cigarritos provoca tos y estropea los pulmones. Esta frase, como mucho, una imparable diarrea mental. A las pruebas me remito.