Noel Queipo
Ni buenos tan buenos ni malos "Maléficos"
Un buen "malo" es un ingrediente genial para una película. Es verdad que no siempre nos hace falta un villano para la receta: a veces el conflicto es interior, otras es un suceso, la lucha por un objetivo, el viaje hacia un tesoro y blablabla pero ¿y lo que molan los malos? Voldemort, Sauron, Moriarty, Jafar, el Joker, Hannibal Lecter, Cruela de Vil, Darth Vader, Magneto, Smith, Scar, Lex Luthor, el Sr Burns, el que mató a la madre de Bambi, el coronel Landa y un larguísimo etcétera de malos épicos, de los de verdad, de los que dejan huella. Y es que para que el bueno brille, el villano tiene que aportar oscuridad.
Siempre me ha atraído bastante ese lado oscuro, y los que me parecen verdaderamente interesantes son los villanos de color gris: esos malos que tienen algo de buenos (¡pero poco!): una cara oculta, un pasado diferente un "pero" que los haga más grises y por tanto más humanos. Seamos francos, en la vida real el común de los mortales no es ni santo ni demonio: ni somos tan buenos ni los hijos de sus madres, que seguramente todos conocemos alguno, ("habelos, hailos") son tan malos. Por lo general nadie mata cachorritos para hacerse abrigos ni quiere dominar el mundo a base de ejércitos de orcos
Pero vayamos al grano, cuando vi que iban a hacer una película entera dedicada a Maléfica (la bruja de la Bella Durmiente) me llamó la atención. Soy bastante fan de toda película de animación que se precie y las de Disney qué voy a decir, marcaron mi infancia. Así que poder ver la historia desde el punto de vista de la mala (con lo que molan los malos, insisto) me parecía una idea genial. Y quizás lo era, pero el resultado ha sido una completa decepción.
La película de Maléfica es una más de tantas que ahora están saliendo sobre cuentos infantiles pero en carne y hueso. Ya tuvimos "Blancanieves" a patadas (con Mirror Mirror o Blancanieves y la leyenda del cazador), también alguna Caperucita muy "teen" (y si me apuras, demasiado sexy) y ahora le tocaba el turno a la Bella Durmiente. Este tipo de films parece que tiene mucho tirón, tienen un público asegurado y por lo tanto es dinero fácil con una estructura muy simple: actores reconocidos, efectos especiales, trajes espectaculares y mucho color; la imagen es preciosa y los mundos que se recrean son tan mágicos como deben ser pero se queda en eso y poco más. Las historias se estropean y los personajes no empatizan con el público, son tan planos como un dibujo animado y no dan el salto "real" a ese "carne y hueso" que prometen.
Maléfica es una versión todavía más edulcorada del cuento original. Existe un cambio de papeles demasiado incoherente en el que de repente los malos son los buenos y los buenos los malos. Puede que buscaran el lado bueno y la cara amable del personaje principal para hacerlo más gris, pero se pasaron de rosca y prácticamente le dieron la vuelta: aunque esperes que una bruja malvada como Maléfica haga honor a su nombre (como te venden en el tráiler) te encontrarás con un hada vestida de gótica que realmente es un pedazo de pan.
Una vez metidos en la película y entendiendo el cambio en las reglas del juego, desde el primer momento resulta más que predecible todo lo que va a ocurrir. Sobre todo el final, el famoso beso de amor verdadero que rompe el hechizo de la princesa es el colmo de la película pero como no quiero estropearle la película a nadie (se estropea ella sola poco a poco) no diré nada más sobre este aspecto.
En cuanto a Angelina Jolie (el alma de la fiesta) decir que está correcta en su papel, le quedan genial esos cuernos y ese traje y aunque parece estar todavía más en los huesos con unos pómulos exageradamente marcados, la verdad que luce impresionante en la película y hubiese podido llegar a ser una mala perfecta si el guion se lo hubiese requerido Y es que Disney pierde una oportunidad de oro para hacer brillar a uno de sus villanos más malvados a cambio de una historia demasiado empalagosa.
A lo mejor tiene razón el creador de James Bond (Ian Fleming) cuando dice que "Hoy en día la historia avanza muy deprisa y héroes y villanos intercambian sus papeles constantemente"; sin embargo, qué queréis que os diga, yo me quedo con la Maléfica de mi infancia, esa que nunca se iría a tomar el té con Campanilla.