Noel Queipo
'Sherlock', un detective en serie
El cine, antes de ser imagen ha sido palabras y tinta. Siempre. Toda película y toda obra audiovisual requiere de un guion. Es más, me aventuraría a decir que prácticamente todo en esta vida necesita un guion (hasta para hacer la compra necesitamos escribir una lista). Y es que las ideas sueltas, volando en la mente no sirven de nada si no se plasman en un papel y se trabajan.
La historia de hoy no sólo viene de un guion, si no que antes fue una novela y más que una novela un auténtico clásico de todos los tiempos: hablo del Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle. Ya he "escrito" alguna que otra vez sobre las adaptaciones, armas de doble filo sobre todo cuando se trata de obras del calibre de ésta y sin embargo, si se juegan bien las cartas puede salir una nueva joya, en este caso reinterpretada y modernizada, traída a la época actual, al Londres del siglo XXI. Como ya habréis adivinado, hoy voy a hablaros de la serie de televisión Sherlock.
Desde que era un retaco mi género favorito ha sido la novela negra, el misterio. Siempre fui de crímenes sin resolver, detectives en busca de pistas, investigación y deducción para poder llegar finalmente al asesino. Supongo que esto es un plus que ha favorecido a que Sherlock me haya enganchado tan rápido, sabía que o lo hacían muy mal o me encandilarían fácilmente. ¡Y vaya si lo han conseguido! Sherlock es una serie que merece ver cada capítulo con un gran cuenco de palomitas, cada episodio es una verdadera película, no sólo por su duración (más de hora y media) sino por el cuidado y el trato de cada detalle.
No sólo la historia de cada capítulo está bien traída con casos intrigantes en cada entrega sino que además existe una gran trama arco a lo largo de las temporadas que engancha de forma totalmente adictiva. El uso del famoso cliffhanger es constante sobre todo en los últimos capítulos de cada temporada: la sensación de que todo queda al filo de un precipicio, que difícilmente tendrá solución y, por tanto, las tremendas ganas de conocer y saber más
La construcción de los personajes protagonistas (Holmes y nuestro "querido" Watson) es compleja y profunda; y la conexión entre ellos es increíble, los actores representan un papelón y saben mostrar su química en la pantalla. Es una verdadera road movie en la que los coprotagonistas viajan juntos a lo largo de los casos, teniendo todo el peso de la acción sobre sus hombros y llevándolo estupendamente. Condimentados por el resto de personajes pero sabiendo que ellos son la base de toda la historia y lo que hace que ésta funcione.
Benedict Cumberbatch (Holmes) lo borda en el papel de persona lógica, ajena a todo sentimiento, friki y sociópata. Y Martin Freeman (Watson) no se deja comer las papas ni mucho menos, podría parecer que tiene menos fuerza que el personaje que carga con el nombre de la serie pero realmente se hacen tan indispensables y necesarios el uno como el otro. Watson es la antítesis perfecta del protagonista: amable, sensible y probablemente muy del montón como lo califica su compañero, hace a Holmes tener siempre un pie en el suelo. Personalmente creo que no veía una pareja de protagonistas tan interesante y que funcionasen tan bien juntos desde Walter Matthau y Jack Lemmon.
"Todo lo que no suma, resta" y parece que los creadores de la serie lo saben muy bien. Seguimos sumando y además de una historia y unos personajes geniales, tenemos una fotografía exquisita: aprovechan la menor oportunidad para que la ciudad Londres luzca en su máximo esplendor. También el uso de la infografía para complementar y ayudar a entender la historia es acertado y llamativo. Y por último (ya que podría seguir escribiendo maravillas de esta serie durante muchas páginas) el uso magistral de la música: utilizando la de cabecera a lo largo de cada capítulo como leitmotiv y con una banda sonora variada y rica en matices, que aporta mayor sentimiento a cada situación.
A todas esas personas que hemos leído las novelas, entiendo el miedo que puede dar una adaptación y más siendo así de modernizada y reinventada, pero os animo a que le deis una oportunidad. Si nos gusta leer es precisamente por eso, porque es la forma más básica y quizás la más "analógica" de descubrir una historia y dejarnos ir, vivir otras vidas en otros mundos y con Sherlock podemos revivir y re-disfrutar las historias de "el detective" por excelencia.