Rozalén: "El público que venga a El Náutico va a vivir un concierto íntimo pero muy bonito"
Por Alejandro Espiño
Dos guitarras acústicas, Rozalén y una traductora al lenguaje de signos. Serán las cuatro personas que mañana se suban al escenario del Náutico de San Vicente do Mar (O Grove) en un concierto que la propia artista califica como "único y genial". Desde hace años, la artista albaceteña no falta en el cartel veraniego de la sala, pero será la primera vez que presenta su proyecto en solitario sin la compañía de Paco Cifuentes.
Antes de este concierto, PontevedraViva ha hablado con ella. Rozalén promete que será una actuación singular porque "quería romper un poco con la dinámica de las giras y hacer algo que una parte de mi público me venía solicitando, que es un concierto más íntimo". Asegura que es algo que apenas hace "y lo echaba de menos", por lo que promete que los que asistan a su concierto en O Grove "van a vivir algo casi único".
Vuelves un año más a El Náutico. ¿Qué tiene el local que tanto te atrae?
Es un sitio especial. Cuando vas allí ves que está lleno de músicos que van a tocar y se quedan unos días. Ese ambiente es mágico. Y además te tratan muy bien. La primera vez que fui les dije que adoraba las navajas y ahora, cada vez que voy, hay navajas para parar un tren (se ríe). Y por supuesto, el sitio en el que está es un paraíso. Lo tiene todo.
Y además siempre has conectado muy bien con el público gallego…
Es que quien no se enamore de Galicia tiene un problema de sensibilidad. Fue uno de los primeros sitios a los que vine a tocar y aquí la gente es súper 'bonica' y tienen una magia especial. La verdad es que me encanta actuar en esta tierra.
¿Qué vamos a ver en este nuevo concierto en Galicia?
Es la primera vez que vengo yo sola con mi proyecto, porque las otras veces actuaba junto a Paco Cifuentes. Ahora me acompañan dos guitarristas y una intérprete de signos. Va a ser algo íntimo, pero muy bonito. Tenía muchas ganas de hacer algo así. Quería romper un poco la dinámica de las giras. Es algo que apenas hago y lo echaba de menos.
Te conocimos en 2013 con tu primer disco. ¿Cómo es la Rozalén que nos vamos a encontrar tres años después?
"Yo sigo enamorada de la vida, pero hablo de las cosas de una forma más intensa porque veo la vida de otra forma. Quizá sea más crítica y más irónica"
Pues soy un poco más mayor (se ríe). Mi música es un poco más madura. Yo sigo enamorada de la vida, pero hablo de las cosas de una forma más intensa porque veo la vida de otra forma. Quizá sea más crítica y más irónica. Pero la esencia es la misma. Eso no lo cambio.
Quién me ha visto, el disco con el que estás girando ahora, lo defines como más íntimo, más crítico y con una mayor mezcla de estilos. ¿Por qué?
Me aburren esas canciones que hablan del amor de una forma que no es sana. Los adolescentes no necesitan oír cosas como 'sin ti me muero'. Pero sobre todo creo que es importante usar la música para hablar de temas importantes y más en la época en la que estamos y con las cosas que vemos día a día. Tenemos que dedicar tiempo a eso. Y así me sale cada canción de su padre y de su madre.
Después del éxito que lograste con el primer disco, ¿tuviste cierta presión a la hora de sentarte a componer el segundo?
Totalmente. Con el primero no me esperaba nada. Las canciones las compuse para mí y luego se dio la posibilidad de sacar un disco. Sin más pretensiones. Ahora ha sido diferente. Y no solo es la presión de terceras personas, que en mi caso ha sido llevadera, lo peor es la que te impones tú mismo. Tienes cierto miedo a defraudar y llegas a pensar que nada de lo has hecho merece la pena. Al final te das cuenta de que todo lo provocas tú.
En una de tus canciones dices que eres fresca, coplera, sensible, hippy-pija cultureta, chica lista, libre, firme y luchadora y progresistamente tradicional. ¿Una declaración de intenciones?
Lo que hago en esa canción es recoger de forma irónica lo que los críticos han dicho de mí en algún momento. Tenemos siempre la necesidad de poner etiquetas. Pero en este disco queda claro que hay un poco de todo en mi música. Yo escucho de todo y al final todo eso se traslada a lo que hago.
También hay crítica social en este nuevo trabajo, como en Berlín, que fue además la BSO de la película Perdiendo el norte…
Sí, en ella hablo del exilio de los jóvenes. La película hablaba de eso, aunque la escena en la que suena era un poco romántica. Es un tema que vivo de cerca porque es mi generación la que se está viendo obligada a marcharse fuera. Tengo muchos amigos que se han ido. Es una situación que está viviendo mucha gente en este país.
¿Rozalén hace la música que le gusta o le piden adaptarse a ciertos cánones?
"Trabajo con gente que nunca me dice como tengo que vestir o lo que debo decir. Yo vendo naturalidad. Soy así tal como me ves, una tía normal y corriente"
La verdad es que tengo mucha libertad. Trabajo con gente que nunca me dice como tengo que vestir o lo que debo decir. Yo vendo naturalidad. Soy así tal como me ves, una tía normal y corriente. A veces me siento en tierra de nadie. Mis canciones suenan en la radio comercial y en otras más alternativas como Radio 3. Al final, hago lo que quiero y eso es lo importante.
Tu primer disco salió en una época complicada para la música, pero encontraste en Internet una gran herramienta de promoción, ¿no?
Por supuesto. Al final no es más que actuar delante de mucha gente. Y muchos de ellos empezaron a compartir mis canciones en redes sociales o YouTube. Eso, por ejemplo, me ha abierto las puertas de América, en donde es alucinante ver como se saben mis canciones. Podía imaginármelo aquí, pero al verlo allí te quedas loca.
¿Y al futuro qué le pide Rozalén?
Pues me encantaría poder vivir siempre de la música. Quiero cantar con la gente que me gusta, que no me falle la inspiración y trabajar sobre el escenario. Estar siempre ahí delante del público, no pido más. Solo lo suficiente para vivir de esto.