Ventana indiscreta: Operación Cat

13 de xullo 2023

Jueves del mes de julio, me pongo los cascos, mochila al hombro, bajo la basura y, antes de depositarla en el contenedor veo un gatito exactamente igual al de mi hija que al verme, arremete cuál toro astado contra mi bolsa que tira al suelo coge los restos de una sardinita y se esconde debajo de un coche. Dije para mí "caramba", ahora que me acuerdo me ha repetido varias veces que su Balú, necesitaba un hermanito. Parecen gemelos. Empieza la operación "Cat Catch".

 

Ahora o nunca, el gato se desplaza por toda la calle parapetándose en los bajos de los coches, yo acechando a ver si lo pillo. Reptando, doblando mi espalda maltrecha después de más de media hora consigo trincarlo, pero no entiende mis buenas intenciones, se revuelve, me mira con cara de pocos amigos, dirige sus zarpas a mis manos para causar daño, pero a pesar de las heridas no desisto. Aprovechando que estoy al lado de la tienda del chino que me conoce, le pido que traiga una lata de comida y una caja de cartón para el felino. No llevo ni un euro, él solícito me entrega el material. Mientras yo ojo avizor, controlo los desplazamientos del susodicho.

 

Inclinado, al lado de la rueda de un coche, vuelvo a echar la comida al gato con la ayuda de una chica ecuatoriana que hace de "bastón" con mucho cariño de una señora mayorcita. En este ámbito de cooperación internacional conseguimos hacernos con el gato, depositándolo en la caja habilitada al efecto, Pero él, cuál culebrilla se escapa por el agujero que hace de asidero. La anciana exclama ¡hay que bonito, yo tengo dos en casa!

 

Más de dos horas sin llegar a buen puerto la operación, yo que siempre soy de los que no desisto de mis objetivos cueste lo que cueste. Mientras tanto, llega un operario para instalar una línea telefónica y pone la escalera justo al lado del coche dónde volvió a ocultarse el lindo gatito. Explico la situación, no sin antes garantizarle que firmo lo que sea para ser usuario de su operadora telefónica y le conmino a que deje la puerta de la furgoneta abierta por si tenemos la suerte de que se cuele dentro. De allí lo llevaremos a un lugar seguro: La casa de mi hija.

 

Empieza a tirar el cable por la fachada, yo sujetando la escalera, pasándole las herramientas. Pero el día no deja de darme sorpresas, el gato está acompañado de una manada de felinos que hermanados se dirigen hacia mí a toda velocidad. Abandono al hombre en la escalera y empiezo a correr con los bichines detrás. Por delante uno negro con ojos azabaches que va ganando posiciones mientras, yo intento llegar a un lugar seguro (la estación de autobuses). Manada disgregada en la rotonda, uno de ellos, el colorado intenta empotrarme contra una parada de autobús. El pulso de las rodillas magulladas se acompasan con los latidos intensos del corazón. Llegando ya al callejón de acceso al lugar dónde intento cobijarme, estoy rodeado y a merced de la manada, pero el gatito de "mis sueños" emite un sonido que hace que los demás se sienten y observen que "estoy a su entera disposición". Continuará. ¡Viva San Fermín! 

@novoa48