Ventana Indiscreta: La cabina

15 de setembro 2022

Acomodados en un rincón a los pies de la Catedral, mientras contemplamos como un grupo de vendimiadores van vaciando sus cestos llenos de uva y, comienzan el ritual de la pisa que celebra la culminación de la cosecha, el trabajo de todo un año, transformando el fruto en vino.  La ceremonia se convierte en una especie de danza acompasada con música de fondo que resulta muy reconfortante e hinóptica.

Debo reconocer que no soy un aficionado al flamenco (sino entiendo cosas más elementales, ¿cómo voy a entender las más profundas?), disfrutamos de la música de Manuel de Falla, baladas, el sonido del violín al compás de un bailaor, inmóvil al inicio, pero que poco a poco va absorbiendo el rasgueo del instrumento, continuando con las palmas, hasta que llega el golpe inspirador en el que mueve los brazos de forma suave y elegante, culminando con los golpes de pies que hacen vibrar el suelo.

Continúa el concierto con una gran sorpresa, la primera mujer gitana profesora e instrumentista de piano. Rosario Montoya (la reina gitana), nos deleita con una brilantez y pasión que hace vibrar a todos los allí presentes. Después de la ejecución de dos bises y continuos aplausos, aparece un venenciador (era la primera vez que escuchaba esa palabra), que sirve el vino de jerez fresquito en una copa de cristal larga dejando caer desde lo alto el líquido.  El presentador anunciaba que esa forma de hacerlo ayudaba a la concentración de aromas, que debe abrirse y respirar en contacto con el aire.  Cosa que no dudo pero yo, después de observar el proceso de continuo, sentí la necesidad de ir al baño.

Un guarda de seguridad me indica el camino a los baños portátiles que había puesto la concejalía de festejos y, no muy convencido de lo que pudiera encontrarme allí, me adentré en una especie de cabina opaca,  por suerte tenía buena conexión.  Cierro por dentro.  Veo en el diario deportivo cómo ha ido la etapa de la vuelta y la clasificación general individual. Cuando intento salir al exterior, no puedo,  golpeo la puerta y nadie responde,  grito, intento mover el habitáculo e incluso taconeo para ver si los transeúntes responden.  Nada de nada.  

Un poco más tarde escucho un ruido como de tractor y, noto como la cabina se eleva conmigo dentro, pasando a depositarse en un lugar aparentemente seguro, en el que circulo durante más de 3 horas.  Amigos del grupo de whatsapp Cortijo: "desconozco dónde me encuentro, por eso aprovecho las bondades de la conexión para enviaros la ubicación en tiempo real, para que en cuanto podáis me vengáis a buscar".