Ventana indiscreta: Espera

19 de setembro 2024

El paso por el servicio de urgencias, te enseña a ser más paciente, a darte cuenta de que todo puede ser efímero y sobre todo a preocuparte, ocuparte de la persona a la que acompañas. Los síntomas muchas veces confusos, no ayudan a tranquilizarte. Crees tenerlo todo bajo control y en un instante puede cambiar tú vida. Pueden pasar horas y piensas en todas las enfermedades como si fueran un gran dragón devorador, que con su fuego quema todo lo que toca.

Intentas transmitir seguridad, pero eres tú el que tienes más dudas. Observas a la enfermera en su quehacer. El pinchazo, colocación del suero…. Ves como la lleva en silla de ruedas para hacerles más pruebas, resonancia, electro. Demasiadas idas y venidas, seguro que presagian algo grave. Se acerca el médico, no dice nada, parece que tiene en su rostro la preocupación tatuada. Quieres preguntarle, pero no te atreves. Hay que esperar al informe inicial. Intentas ser positivo, seguro que en unos minutos pronuncia la palabra mágica: Alta.

Mientras tanto llegan más personas a boxes. Una anciana en silla de ruedas acompañada por su hija que le transmite tranquilidad y un especial cariño. Ella está rígida, con falta de expresión facial, un temblor de manos y, en todo el cuerpo ostensible. La hija le habla muy alto, ella apenas un susurro. Yo, me ofrezco por si necesitan algo. ¡No gracias!, es una infección de orina que se repite en el tiempo y que hace empeorar su estado.

Regreso a la sala de espera, mi cabeza da vueltas a lo que significan las enfermedades, la vejez, el poder ser y el poder hacer. De lo importante que es concentrarse en vivir, en buscar la armonía contigo, con lo que te rodea. Han pasado dos horas, hay ya un diagnóstico, nos vamos para casa, sólo ha sido un susto. Es simplemente la vida, amigos y amigas.

 

@novoa48