Hay una cuestión que me supera y, es el tener que esperar. Dicen algunos “expertos” en autoayuda que tener paciencia es sinónimo de calidad de vida, muy saludable para afrontar la frustración, pero yo no tengo esa capacidad, Pasados 15 minutos de la hora prevista empiezo a fruncir el ceño, mis pies se agitan de forma constante contra el suelo y, acabo en una especie de trance, que en este caso intento aprovechar para escribir este artículo,
Mi cita es a las 15,00 horas, soy el primero de la lista, pero son las 15,45, la puerta sigue cerrada. Observo los carteles que me rodean: “tenemos wifi gratuito”, “aquí también cuidamos la salud del planeta”, añadiendo 10 compromisos (reutilizamos, ahorramos, minimizamos…….), nada reza: “somos puntuales”.
Son las 16,00 horas, ya estamos 7 personas, cada una buscándose la vida para matar el tiempo. Uno hace punto de cruz, otro ronca a pierna suelta, la más joven teclea compulsivamente el móvil como si le fuera la vida en ello. A lo lejos veo a un padre preparándole a su hijo un bocata de chorizo con pimientos de piquillo. El que está a mi lado aseguraría que se ha teletransportado, porque lo estoy viendo hacer clic en su portátil en la opción crear un mundo nuevo y al parecer según me dice está muy cerca de la roca madre.
Aunque yo pertenezca al grupo de personas que siempre llega a la hora o un poco antes, no pasa nada por llegar unos minutos tarde, ahora bien, hacer esperar más de 15 minutos es una falta de respeto y consideración hacia las personas que sí llegan a la hora.
Por mucho que diga la Universidad de Washington, que en un estudio del año 2016 concluyó que algunas personas tienen más dificultad para controlar la noción del tiempo y, por tanto, para ellas, es más complejo calcular el tiempo necesario para llegar a una cita a la hora acordada. Afirmaban entre otras cosas que, hay individuos que perciben que los minutos duran mucho más de los 60 segundos.
Teorías, investigaciones que intentan justificar lo injustificable. Desde mi desconocimiento creo que simplemente hay personas que se olvidan de la cita a conciencia o que no le importan los demás, el otro. Van a lo suyo. Por cierto compañeros de Pontevedra Viva, ¿A qué hora quedé de entregaros el artículo?. Voy a terminar con chiste malo, ¿Por qué se reconoce a un impuntual?, porque se le ve llegar.
@novoa48