Una carta envenenada

04 de agosto 2023

Feijoo ha enviado una carta a Pedro Sánchez, solicitándole que le deje gobernar porque representa a la lista más votada en las pasadas elecciones. La carta, cuyo sentido más literal y profundo podría considerarse anticonstitucional, por proponer todo lo contrario a lo que ésta establece para la elección del presidente del gobierno de la nación, es una nueva demostración de la poca vergüenza y la desfachatez que tiene Feijoo, dispuesto a retorcer las normas democráticas en vigor, lo que sea necesario, para poder gobernar.

 

Sabemos que Feijoo no es una persona especialmente inteligente, pero, a estas alturas, ya debería saber que la de España, es una democracia parlamentaria, tal como establece la Constitución, no una democracia presidencialista, como una y otra vez repite de forma interesada y falaz. Por tanto, las reglas son las que tenemos, y hay que cumplirlas.

 

Lo curioso es que, tras cuatro años de falta de reconocimiento de la legitimidad del gobierno de España, de insultos permanentes y continuos a la figura del presidente del gobierno, al que han llamado absolutamente de todo, desde traidor hasta asesino, pasando por etarra o perro. Después de cuatro años con la Constitución secuestrada por su negativa a renovar el Consejo General del Poder Judicial.

 

Después de afirmar una y otra vez que los votos del PSOE son los de los asesinos de ETA, tras hartarse de mentir y echar basura sobre el proceso electoral, llegando a poner en tela de juicio la propia democracia. En definitiva, tras cuatro años de oposición desleal con el Gobierno y el propio sistema democrático español, Feijoo pretende poner la guinda con una propuesta, por escrito, para saltarse la Constitución.

 

¿A quién, en su sano juicio, con un mínimo de dignidad, de ética o, en su caso, de moral cristiana, se le ocurriría pedirle por escrito al presidente del gobierno subvertir la democracia para obviar lo que establece la Constitución, con la única intención de alcanzar el poder por ser la lista más votada? A ver si se entera el señor Feijoo, de que, en España, esto no funciona así. ¿Cómo hay que decírselo?

 

En mi opinión, para plantear una cosa así, solo se pueden dar dos supuestos. Uno, tener muy poca vergüenza, además de mostrar nulo respeto por la democracia. Y dos, ser el líder del Partido Popular de España, el único partido de derechas de Europa que está más cerca de la ultraderecha que del modelo conservador y liberal que campa de manera moderada por la Unión Europea. Por lo menos, a Feijoo, hay que reconocerle que cumple con los dos supuestos.