La patología de la derecha

24 de novembro 2023

Podemos estar a favor o en contra de la amnistía. Incluso podemos dudar. Sin embargo, muchos no acabamos de entender porqué la amnistía otorgada en la Transición, que perdonó a los criminales franquistas, era maravillosa, y esta, va a romper España, acabará con la democracia y será el inicio del fin de la humanidad.

 

La derecha, en su línea catastrofista, no escatima en calificativos para amedrentar. Nada nuevo, es la estrategia que utilizan cuando no tienen el poder, porque saben que les funciona. Solo hay que escuchar los comentarios de quienes acuden a las concentraciones en contra de la amnistía, para ver de qué manera se materializa la manipulación en el cerebro humano.

 

¿Cómo podemos consentir que el dirigente político de un partido que se dice democrático afirme, que la amnistía es peor que el intento de golpe de estado de Tejero, o que el terrorismo de ETA? ¿Qué cuajo puede tener un demócrata que, para protestar por una medida política de un gobierno legítimo, pide que el presidente abandone el país oculto en un maletero? ¿Qué odio supura quien afirma que el presidente del gobierno tiene una patología solo por estar en desacuerdo con él? ¿Y qué esperamos de quienes se manifiestan, si sus líderes se expresan así? Esta, es la derecha que tenemos, experta en fomentar el odio, y que solo cree en la democracia cuando la pueden dominar.

 

Cualquier candidato a la presidencia está obligado a pactar para formar gobierno. Lo que no pudo hacer Feijoo, por su demostrada incapacidad. Por supuesto que los independentistas consiguieron la amnistía y Sánchez la investidura, pero hay algo más importante, la renuncia a la vía unilateral por parte del independentismo.

 

¿Acaso esto no beneficia a todos los españoles? ¿Lograr la paz social y política en una región con fuertes raíces independentistas no es bueno para la unidad de España? Probablemente, la proclamación unilateral de independencia en Cataluña, conjuntamente con el intento de golpe de estado del 23-F, hayan sido los actos más graves de lo que llevamos de democracia.

 

Pues bien, ante semejante afrenta, hemos visto dos modelos de abordar el asunto. El del PP, basado en la confrontación y llenar Cataluña de policía; y el del PSOE, consistente en buscar soluciones desde la vía política. Hasta la fecha, parece evidente que el modelo que ha dado mejores resultados es el socialista, con concesiones, por supuesto, pero suavizando el problema y logrando compromisos por parte del independentismo.

Es evidente que la amnistía no es una solución definitiva, porque el sentimiento independentista de un pueblo no se esfuma de la noche para la mañana. Pero posiblemente tengamos muchos años de sosiego institucional, en los que los futuros gobiernos deberán abordar la cuestión desde una mayor tranquilidad.

 

El problema, por tanto, no es la amnistía, sino que la derecha no soporta que gobierne la izquierda, porque arrastran la patología del odio que prendió la llama de la guerra civil. Por eso tratan de lograr en las calles, lo que las urnas le niegan.