"Soy Xavier Reyes, quien ha pasado los últimos 4 años escuchando historias de amor, de gratis, en todas las paradas de tren de los EU, desde West Virginia hasta Portland Oregon y desde Norte en North Dakota, atravesando South Dakota hasta Nebraska, y el último año evolucioné a escuchar 'Historias y Secretos de Amor' principalmente con la gente de Pontevedra".
Esta é a carta de presentación que nos envía mediante unha mensaxe de WhatsApp o fotógrafoXavier Reyes. Citámonos en Zeus Coffee Shop, a cafetería da pontevedresa Praza de Barcelos que é a súa base operacións. Sobre a mesa, unha cámara, un té e un cartel coa inscrición ""Escucho historias de amor, de gratis" reciben a PontevedraViva.
Por que un fotógrafo de éxito abandónao todo para reinventarse a miles de quilómetros? A resposta non podería ser outra: por amor. "Después de haber escuchado tantas historias de amor quise crear mi propia historia de amor y resulta que no se dieron las condiciones y terminó siendo una historia muy triste". Lonxe de virse abaixo, Xavier decidiu continuar a súa vida na súa terra de adopción, pero cambiando de lugar. Deste xeito chegou a Combarro, onde leva apenas catro meses residindo.
"Entonces en internet supe de un grupo que se reunía aquí en la cafetería Zeus todos los viernes y decidí venir. Al principio apenas hablaba, pensaban que era tímido, pero yo en realidad quería observar cómo se enamoran los gallegos y las gallegas, porque a mí me fue mal y quería saber qué error cometí. Entonces se me ocurrió volver a aquel proyecto de escuchar las historias de amor y me puse en una mesa con un letrerito", explica Xavier. Alí confirmou que "los gallegos y las gallegas son muy distintos en su romanticismo con los hispanoamericanos, son más cerrados". É por iso que ao principio o reclamo do letreiro non produciu efecto directo, aínda que si indirectamente. "Cuando los del grupo salimos de Zeus siempre hay alguien que quiere desahogarse un poquito y no se da cuenta de que me cuenta su historia de amor".
Neste punto é inevitable preguntarlle por algunha particularidade que lle chamara a atención dos galegos e galegas no amor. Detense e asente. "Hay historias en Galicia que no me imaginaba que existían: el amor con su padre o con su madre y esta persona se queda soltera toda la vida. O historias de amor en las que cada uno vive en una casa o en un piso separado, no tienen amigos en conjunto pero se consideran pareja y se sienten satisfechos".
Este desexo de alcanzar esa satisfacción é o que moveu a Xavier no seu primeiro proxecto en torno ao amor cando aínda residía na República Dominicana. "o veía a esos navegantes que venían desde Europa y Norteamérica y pensaba que ahí en un velero se necesita ponerse de acuerdo dos en un espacio tan pequeño, tanto tiempo, para cruzar el Caribe con tormentas. Entonces, pensar en ese tipo de gente que vivía la vida con tanta tranquilidad, que para mí es sinónimo de felicidad, fue lo que me motivó a seguir buscando más". De aí pasou aos Estados Unidos e, catro anos despois, Galicia.
Cambiar de país é algo que Xavier viviu desde o berce. "Fui el primer dominicano nacido en Japón, porque la embajada se apertura en el año 1965, en el que yo nací". Ese avatar do destino tiña unha explicación baseada, como non, no amor.
"Mi abuelo materno era diplomático y trabajó en las embajadas de Bruselas y París. Paralelamente mi papá fue diplomático en Uruguay. Cuando ese abuelo y mi mamá vuelven a Dominicana, mi papá, aún sin conocerla, volvía también de su misión diplomática. Allá se conocieron y continuaron en misión diplomática ya juntos y fueron a aperturar la embajada dominicana en Tokio y así nací yo en aquel lugar".
Tres anos despois, a familia retorna ao Caribe, que Xavier abandonará xa adulto para estudar Administración de Empresas nos Estados Unidos de América. Posteriormente, cando despegaba a súa carreira profesional, o destino volverá depararlle un novo xiro de guión.
"Yo estaba trabajando en la banca y un pariente mío, que ya tenía 15 años en el negocio, me dijo que iba a cerrar su estudio de fotografía". Sin conocer el oficio, en tres meses aprendió con los consejos de su tío y de modo autodidacta. "Con los libros que me dio mi tío decidí ser el mejor fotógrafo de la República Dominicana por vergüenza, porque nadie diga que el que se fue era mejor que el que quedó. Y eso fue lo que a mí me motivó".
O estudo estaba especializado en vodas e "se ganaba mucho dinero pero había que hacerlo muy bien". Así que Xavier empezou a estudar as revistas de noivas ao detalle, ata que empezou a ver os erros dos fotógrafos profesionais "y ahí ya me dije: estoy preparado".
Dous anos despois, "los clientes empezaban a tener hijos" e abriu un segundo estudo de fotografía para nenos. Como tamén chegaban encargos de fotografía de produto, "evolucioné a una agencia de publicidad, Quantum Canada", que trinta anos despois decide pechar e cederlla aos seus fillos. "Entonces pensé que ya produje para sentirme satisfecho y ahora me corresponde vivir. Y la manera en que he sentido satisfacción en la vida es saber cómo los demás sienten la felicidad".
Así xurdiu o proxecto de escoita de historias de amor que espera culminar nun libro "que sea motivador, una especie de manual para el individuo que quiera hacer un gran cambio en su vida". Paralelamente, imparte clases de fotografía na comunidade creativa Granero Delmas, nas galerías Oliva de Pontevedra.
Toca despedirse e Xavier Reyes déixanos unha reflexión final. "No me arrepiento de absolutamente nada, si no todo lo contrario. Y todavía tengo ilusión de poder convivir con una gallega, ojalá terminar el libro y traducirlo al galego con una gallega a mi lado". Sen propoñerllo, empezounos a contar a súa historia de amor.