Marcos Vidal González, autor confeso del conocido como crimen de Ponte Caldelas por matar a puñaladas a Manuel Rivas Muiños, marido de la mujer con la que mantenía o había mantenido una relación sentimental, hizo este jueves uso a su derecho a la última palabra en el juicio con jurado que se celebró durante toda la semana en la Audiencia Provincial de Pontevedra. Tal y como ya había hecho el primer día de la vista oral, reconoció los hechos y no aprovechó para justificarse, pero sí quiso aclarar detalles de lo ocurrido que cree que no quedaron claros.
Así, frente a las acusaciones que sostienen que se ensañó con su víctima al apuñalarlo más de 20 veces, aseguró: "No me ensañé con él, la pelea fue la que fue, acabó en un minuto y saqué la foto, se la mandé a Sandra para que llamase a una ambulancia y lo puse en la cama".
En este alegato final, aseguró que "no hubo más, ni apuñalamiento por la espalda ni nada más, fue todo allí en el momento" e incluso matizó que, tras apuñalarlo y sacarle una foto agonizando que mandó a la esposa del fallecido, "lo coloqué en la cama con todo el respeto".
"No voy a rebatir nada a la acusación particular ni al ministerio fiscal, al fin y al cabo, los hechos son las que son, nunca lo oculté", sostuvo, pero sí quiso aclarar que si sacó esa famosa foto "no fue ni para hacerla sufrir ni para burlarme de Sandra en ningún momento", sino que "le saqué la foto para que Sandra se creyese lo que pasaba porque a pesar de haberla llamado, ella lo negaba". Lo hizo para que ella llamase a una ambulancia, como ella finalmente hizo.
Además aprovechó para reiterar su amor hacia la viuda de su víctima, con quien siempre aseguró que mantenía una relación sentimental de tres años, pese a que ella lo niega. "Sandra era mi vida, señoría, era mi vida", afirmó en la sala de vistas. Según explicó, a pesar de que su familia le ha dicho que la mujer "no es lo que parece", él mantiene "a día de hoy", cuatro años después, que "fue la mujer de mi vida". "Que nadie me hable mal de Sandra", pidió.
El tribunal popular se encerrará a deliberar este viernes, pero, previamente, todas las partes personadas en la causa ya han realizado sus informes y conclusiones finales, que en lo esencial no varían con respecto a sus posiciones iniciales con las que el lunes empezaron la vista oral, pero sí introducen ciertas modificaciones.
El fiscal del caso, Jesús Calles, introdujo una de las principales modificaciones. Sigue manteniendo que Marcos Vidal es autor de un delito de asesinato con alevosía y solicita una pena de 20 años de prisión, la prohibición de acercarse a la viuda durante 25 años y una medida de libertad vigilada durante ocho años más, pero introduce un cambio fundamental: cree que debe tenerse en cuenta en su contra la circunstancia agravante de abuso de superioridad. Además, cambia el relato de hechos indicando que Marcos Vidal "disminuyó" las posibilidades de defenderse de Manuel Rivas.
Hasta ahora reconocía la agravante de ensañamiento y la atenuante de confesión, pero no había pedido este abuso de superioridad, de modo que el abogado defensor del acusado, Diego Reboredo, consideró que se le ha privado de la posibilidad de defenderse sobre este asunto. La magistrada que preside el tribunal, María Jesús Hernández, rechazó esa protesta, pues considera que "el abuso de seguridad no deja de ser una alevosía en segundo grado" y sobre la alevosía sí pudo versar su defensa.
Diego Reboredo introdujo también un cambio importante en sus conclusiones al retirar una de las cuatro circunstancias atenuantes que considera que concurren en la acción de su defendido. En su caso, reconoce que es el autor del crimen, pero cree que no cometió asesinato, sino homicidio y consideraba que debían aplicársele las atenuantes de confesión, dilaciones indebidas, legítima defensa y arrebato, obcecación y estado pasional. Sin embargo, tras el juicio, retiró la relativa a la legítima defensa.
El abogado que ejerce la acusación particular en nombre de la viuda de la víctima, Rafael Abel Fernández, mantiene la misma postura que al principio del juicio y Andrés Malvar, letrado que ejerce la acusación particular en nombre de los padres y la hermana del fallecido, mantiene sus conclusiones, pero cambia su relato de hechos. Curiosamente, modifica su relato para incluir alusiones a la viuda, Sandra Martínez Araújo. Estas acusaciones piden para el acusado 25 y 20 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.
El juicio contra Marcos Vidal vivió este jueves su cuarta sesión. Antes de que los abogados realizasen sus conclusiones e informes, declararon por videoconferencia varios agentes de la Guardia Civil que realizaron peritajes durante la investigación del crimen. Todos ellos se reafirmaron en sus informes y confirmaron cuestiones como que el perfil genético de la víctima aparece en la sangre que había en la navaja usada en el crimen y en la ropa que llevaba el acusado.
Además, el tribunal de jurado que ahora deberá decidir sobre la culpabilidad o no del acusado también escuchó la llamada que éste realizó al 112 tras el crimen, en la que pide que la Guardia Civil vaya a buscarle al paseo fluvial de A Calzada de Ponte Caldelas y relata que hubo un homicidio. Puede escucharse en este enlace.
Hace afirmaciones como: "acuchilleino cunha navalla", "lo acuchillé en el dormitorio en todo el cuerpo", "lo dejé agonizando" o "llevaba yo una navaja". También escucharon dos llamadas de la viuda a los servicios de emergencia esa mañana del 28 de noviembre de 2015.