Después de que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, decretara el estado de alarma para frenar la propagación del coronavirus,la histeria se ha apoderado de la población pontevedresa y del resto de comunidades autónomas.
Colapso, escasez de alimentos y colas interminables son la imagen de estos días en los supermercados de Pontevedra donde la gente no para de realizar compras compulsivas como si los productos se fueran a acabar para siempre.
En algunos, como los de la Avenida de Vigo o de la calle Echegaray, se ha podido ver que para acceder es necesario esperar alrededor de una hora fuera del establecimiento para evitar las aglomeraciones en el interior que, por el contrario, en algunas ocasiones se están produciendo fuera.
Pero, como en todo, hay una cara y una cruz. A raíz de las restricciones y de las medidas sanitarias impuestas por la Xunta, en algunos locales pontevedreses como panaderías y tiendas de pequeño tamaño, se ha podido ver que hay carteles de 'aforo limitado' para reducir al máximo el contacto entre ciudadanos, no solo en el interior sino en las colas. Además, los trabajadores de cara al público están utilizando mascarillas y guantes protectores al encontrarse en primera línea de exposición del virus.
Estas son algunas de las escenas que están sucediendo desde que se anunció el estado de alarma y desde que se declaró la situación de emergencia sanitaria en Galicia por el avance del COVID-19, pero lo que más llama la atención, es la compra excesiva e inexplicable de papel higiénico, viéndose escenas de carritos de la compra repletos hasta arriba y estanterías de productos sanitarios como geles y desinfectantes vacíos.
En cuestión de días, el caos se ha apoderado de la población pontevedresa empezando a formar parte de ellos como venía ocurriendo en otras ciudades, a pesar de que tanto tiendas de alimentación, como panaderías, fruterías, estancos y farmacias permanecerán abiertos prestando su servicio con total normalidad garantizando la reposición de los productos.
Es por eso, que desde el Concello de Pontevedra hacen un llamamiento a la tranquilidad a vecinos y vecinas para que sean responsables y realicen un consumo racional y normal de los alimentos.
Así mismo, piden responsabilidad para evitar aglomeraciones y solidaridad con el trabajo de los profesionales de la alimentación que estos días "están realizando una labor social sin precedentes".
La masiva afluencia a los supermercados, entiende el Concello, consigue el "efecto contrario" al que se pretende con estas medidas restrictivas, ya que supone un "riesgo" para la población al provocar que haya una "gran cantidad" de gente a "escasa distancia".
Por otro lado, la Policía Local, a disposición de la Policía Nacional, está trabajando para controlar las aglomeraciones en los centros de compra de alimentos de la ciudad y regula la recogida de alimentos en el Comedor de San Francisco, que se encuentra cerrado pero entrega fiambreras ante la ausencia de voluntarios.
Según fuentes policiales, numerosos establecimientos llamaron tanto por la noche como por el día solicitando información sobre si podían abrir o no, y los que abrieron y no podían, fueron cerrados. En cuanto a las incidencias, no se registró ninguna importante salvo a primera hora de la mañana a la entrada de supermercados de la Avenida de Vigo y de Pasarón.