Si por algo no olvidaremos este 2019 es por las veces, hasta tres, que los pontevedreses hemos tenido que acudir a las urnas. A lo largo del año, con nuestros votos hemos renovado las corporaciones municipales, el Parlamento Europeo y, en dos ocasiones, el Congreso y el Senado. Y lo que ha quedado claro, en unos casos y otros, es que nos gusta la estabilidad.
Por sexta vez consecutiva, Pontevedra ha decidido que Miguel Anxo Fernández Lores siga gobernando en la ciudad. El nacionalista, alcalde desde 1999, volvió a ser el más votado en las elecciones celebradas el pasado mes de mayo y logró conservar el bastón de mando.
Lo ha hecho, eso sí, con el apoyo del PSOE. Tras cuatro años gobernando en solitario, el BNG perdió uno de sus doce ediles y para garantizar la investidura de Fernández Lores se vio obligado a incorporar a su equipo a los cuatro concejales socialistas.
El PP, por su parte, logró superar las expectativas que marcaban las encuestas y mejoró sus resultados de 2015, llegando hasta los nueve ediles. La corporación se completó con Ciudadanos, que conservó su acta de concejal. Marea se quedó sin representación.
Tampoco hubo cambio de alcalde o alcaldesa en las principales localidades de la comarca. Casi todos ellos lograron incluso mejorar los resultados logrados cuatro años antes.
Especialmente llamativos fueron los resultados de María Ramallo en Marín, que reforzó su mayoría con quince de los 21 concejales de la corporación; Andrés Díaz en Ponte Caldelas, que tras cuatro años de tripartito gobierna ahora en solitario con ocho de trece ediles; o Jorge Cubela en Cerdedo-Cotobade, que aumentó su mayoría hasta lograr nueve concejales.
Las elecciones municipales también dieron la mayoría absoluta a regidores que, hasta ese momento, habían gobernado en solitario o en coalición como los socialistas Manuel Campos en Cuntis y José Antonio Cacabelos en O Grove, el nacionalista Xosé Manuel Fernández Abraldes en Barro o el popular Telmo Martín en Sanxenxo.
También renovaron mandato Jorge Canda en A Lama y los nacionalistas Luciano Sobral y Félix Juncal en Poio y Bueu, respectivamente, aunque en ambos casos necesitaron pactar con otras fuerzas para gobernar. El único cambio significativo ha sido la pérdida por parte del PP de la alcaldía de Meis, que ha pasado a la socialista Marta Giráldez.
PONTEVEDRA OPTA POR SÁNCHEZ
Las elecciones generales de abril, por otra parte, sí dejaron un escenario inédito en Pontevedra. Los socialistas arrebataron al PP la posición de fuerza hegemónica en la provincia y con más del 32% de los votos dieron un vuelco histórico al panorama político pontevedrés.
Los populares se quedaron en el 25% de los votos, trece puntos menos que tres años antes y firmaron su peor resultado histórico. Nunca antes habían sido superados por el PSOE en Pontevedra. Galicia en Común y Ciudadanos también lograron representación.
Siete meses después, al no lograr Pedro Sánchez la investidura, la repetición electoral dejó un escenario similar. El PSOE volvió a ganar las elecciones en Pontevedra aunque empató en diputados con un PP al alza tras el descalabro de Ciudadanos. Galicia el Común conservó su acta y el BNG, al igual que en abril, no logró asiento en Madrid. Sí lo hizo por A Coruña.