Denuncian edadismo y represión sindical en Mercadona
Por Mónica Patxot & Anxo Lourido
Elisardo Balea es un trabajador de Mercadona que lleva veinte años en la empresa. En 2011 tuvieron que realizarle una operación quirúrgica coronaria con una baja prevista de seis meses. A la semana de baja, "la médica comenzó a llamarme. Yo iba con el cabestrillo y con el esternón abierto" y la médica de la empresa le preguntó si creía que podría coger el alta para hacer trabajo de revisión de la bodega. La presión continuó y, pasado un mes y medio de la intervención, el trabajador cogió el alta voluntaria y se vio obligado a trabajar cinco horas en caja o moviendo packs de agua.
"Todo lo haces por la empresa y mira cómo te lo agradecen", expone Elisardo Balea, delegado sindical de la cIG, que ahora recibió un apercibilmiento de la empresa por retirar el cinturón cuando estaba realizando descargas de los camiones con una posible sanción de 16 días de empleo y sueldo.
Iván Veiga, secretario comarcal de Servizos de la CIG y Aitor Maquieira, de CIG-Pontevedra, señalaban que se trata de un caso de represión sindical dentro de las medidas de presión que observan que la empresa de supermercados Mercadona emplea con sus delegados sindicales y, en general, con sus plantillas.
Por este motivo, el miércoles 8 de mayo, a las 11.30 horas, realizarán una concentración ante el supermercado de Mercadona en la Rúa San Mauro.
"Nos centros de traballo, o modelo consiste en que instalan un clima de terror a través dun sistema de amonestacións e apercibimentos non regrados que son as actas", explica Aitor Maquieira apuntando en que estas actas "non teñen tipicidade, non caducan, non prescriben e dez meses despois de que sucedera algo ou non, a empresa pode dicir que non fixeches un cambio de hortalizas".
Frente a esta situación, según el sindicato, "o traballador atópase ante unha situación de indefensión", afirman desde el sindicato nacionalista al carecer de plazos para presentar alegaciones.
Además también se mantiene un sistema de valoraciones individuales para la adjudicación de las primas. "Se suspendes as entrevistas individuais, que son discrecionais, o traballador non cobra prima e ten un agravio respecto a outros", advierte Aitor Maquieira. De esta forma, un trabajador que suspende la entrevista deja de cobrar cifras de hasta 4.000 euros anuales, según denuncian.
Apuntan que la presión provoca que "a xente non aguante este clima e ritmos de traballo", acudiendo a la baja laboral. "E pasan polo servizo médico da empresa, que ten como obxectivo esgotar a moral dos traballadores", advierte Maquieira exponiendo que esta situación se produce principalmente con aquellas personas que llevan más tiempo trabajando en Mercadona: "buscan a presión para que abandone a empresa e buscar unha persoa nova".
"É raro atopar unha persoa máis alá dos cincuenta", exponen en la CIG en relación con el personal de los supermercados de la empresa de Juan Roig e indican que presionan allí "onde ven debilidade".
A esta situación Iván Veiga añade que han recibido un anuncio de la empresa en que comunican que en Pontevedra dejarán de reunirse con el comité provincial, que el objetivo es delegar al comité intercertros con una "visión centralista, para evitar o foco en cada unha das provincias". Indica que la situación es grave porque "será imposible falar nun comité intercentros da situación dun traballador de Pontevedra".
Veiga afirma que es algo "insólito" y "antisindical" provocando que la CIG deje de tener representación a través de este sistema. Avanza que será denunciado en la Inspección de Trabajo y en los tribunales al intentar "reducir os movementos e capacidades de defensa" del personal de los supermercados.
Actualmente Mercadona cuenta con más de mil empleados en la provincia con alrededor de cuarenta trabajadores por centro.
PROTESTA DE PERSONAL DE FROIZ EN O MARCO
También la CIG llevará a cabo una concentración el 8 de mayo y el 15 de este mismo mes, entre las 13.30 y las 14.00 horas, en la central de distribuciones de O Marco de la empresa Froiz.
Reclaman la equiparación salarial de los 75 trabajadores de este espacio con los que realizan su trabajo en la central de distribuciones situada en Lourido (Poio).
Señalan que cobran 200 euros menos cuando realizan el mismo trabajo, con mismos horarios y turnos.
Exponen que se trata de mejoras situadas por fuera del convenio que no se está aplicando a este grupo de trabajadores, que realizan actividades de carretilleros, mercancía y de camioneros.
Iván Veiga indica que la dirección de la cadena de supermercados se niega a tratar este tema y que promete que la desigualdad se producirá cuando pasen todos a la plataforma logística de Barro. "Pero levan tres ou catro anos así", apunta Veiga secundado por el trabajador Aaron González que señala que "la gente no aguanta más" y reclama los mismos pluses en O Marco que en Lourido.