No todo han sido luces en la reunión entre el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores. También ha habido sombras. Y, sin duda, la más grande es la que se cierne sobre la variante de Alba.
Era, para el gobierno municipal, uno de los "temas estrela" de este encuentro institucional, según reconocía Fernández Lores, pero la Xunta ha echado por tierra las aspiraciones del Concello.
"Non temos consignación nin intención de executala", ha zanjado Rueda al respecto de esta infraestructura viaria, diseñada inicialmente para unir la carretera PO-531 y la N-550, liberando del tráfico la vía de San Caetano, que discurre por debajo de la línea ferroviaria.
La Xunta ha optado por 'congelar' este proyecto de manera indefinida. Solo se planteará la opción de ejecutar esta variante si hay un acuerdo amplio sobre su trazado. "Canto máis consensuado esté, mellor", ha apuntado el presidente gallego.
El alcalde no ha ocultado su malestar ante esta decisión del ejecutivo autonómico, al entender que se trata de un vial "estratéxico" para definir la movilidad futura de Pontevedra.
Lores ha lamentado que la Xunta haya decidido que "no momento actual non vai a actuar aí".
La responsabilidad de la seguridad vial en toda esta zona, ha reiterado el regidor, "é da Xunta", por lo que ha solicitado a su presidente que reconsidere esta decisión, al tratarse de una "necesidade imperiosa" para el municipio de Pontevedra.