El Juzgado de Instrucción número 2 de Caldas de Reis ha decreado el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza de José Luis Abet Lafuente, autor confeso del asesinato a tiros de su ex mujer, su ex cuñada y su ex suegra delante de sus hijos menores este lunes en Valga. La jueza caldense le atribuye la comisión de tres presuntos delitos de asesinato y especifica, según han indicado fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que esta acusación podría dar lugar a una pena de prisión permanente revisable.
Tras pasar la noche en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra, a las 10.45 horas de este martes llegó a los juzgados de Caldas y accedió al edificio judicial entre fuertes medidas de seguridad y gritos de "asesino", "desgraciado" o "hijo de puta".
Varias decenas de personas le esperaban tras un cordón de seguridad y la Guardia Civil había desplegado un fuerte dispositivo de seguridad con varios agentes de la Unidad Especial de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Comandancia de Pontevedra en previsión de incidentes.
Una mujer que llevaba ya varios minutos muy nerviosa y profiriendo insultos hacia el detenido, a su llegada, llegó a saltarse el cordón policial para intentar agredirlo, pero un agente del dispositivo de seguridad lo impidió. Una vez que el detenido ya estaba en el interior de los juzgados, uno de los mandos de la Guardia Civil le llamó la atención y criticó su actitud al desoír una indicación de seguridad.
El hombre permaneció dentro del edificio judicial durante más de dos horas, pero sobre las 13.00 horas, cuando todavía estaba en el interior de los juzgados, ya trascendió la decisión de la jueza de Caldas. También se ha podido saber que el hombre, a diferencia de lo que había hecho este lunes ante la Guardia Civil, no declaró, pues alegó que no estaba en condiciones de hacerlo, según ha informado el TSXG.
Finalmente, abandonó el edificio judicial sobre las 13.40 horas, alrededor de tres horas después de su llegada. Se fue, de nuevo, custodiado por la Guardia Civil y entre gritos de "asesino" por parte de varias decenas de personas. Durante varios momentos de la mañana llegaron a congregarse en los alrededores de los juzgados de Caldas más de 50 personas, pero a su salida ya era bastantes menos.
Previamente, a partir de las 9.30 horas, empezaron a llegar a los juzgados de Caldas algunos testigos del triple asesinato, entre ellas, dos mujeres que residen en una vivienda próxima al lugar del crimen que, en la mañana de este lunes, se encargaron de los dos hijos de 4 y 7 años del supuesto asesino y su ex esposa y víctima, Sandra Boquete Jamardo.
La jueza de Caldas todavía no ha tomado ninguna decisión sobre la situación de los dos niños, ahora huérfanos. El juzgado deberá pronunciarse sobre a quién se otorga la patria potestad de los menores, pero todavía no ha tomado una decisión sobre si los deja bajo custodia de la Xunta de Galicia o de algún familiar. De momento, están con un tío abuelo.
El crimen se produjo en el recinto de la casa en la que la pareja había convivido hasta el divorcio hace casi dos años en el lugar de Carracido, en la parroquia de Cordeiro, en Valga. El crimen lo cometió con un revolver para el que carecía de licencia y con el que disparó a bocajarro contra las tres víctimas. Primero contra su ex mujer, cuando estaba sentada en el vehículo. Lo hizo a través de la ventanilla y con sus hijos sentados en el asiento trasero. Luego les tocó a las otras dos, primero a su ex cuñada y luego a su ex suegra, Alba Boquete Jamardo y María Elena Jamardo.
Tras matar a sus tres víctimas, huyó del lugar en el coche en el que había llegado minutos antes. Tras detenerse en la zona de la aldea de Ponte Nova para tirar al río Tambre el arma homicida, se dirigió a la casa de su madre en la localidad coruñesa de Ames, donde vivía desde el divorcio. Desde allí telefoneó a la Guardia Civil para confesar el crimen y no opuso ninguna resistencia a la detención. Fue detenido poco más de una hora después del crimen.
El arma del crimen fue recuperada por la tarde por efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), que se sumergieron en el río Tambre y localizaron un revolver calibre 32 y una caja de munición. El propio autor confeso relató a los investigadores de la brigada de Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra dónde había arrojado el arma.
Los cuerpos de las tres mujeres se encuentran en instalaciones del Imelga, donde se les practica la autopsia. Al término de los trabajos forenses, a primera hora de la tarde de este martes, se instalará una capilla ardiente en el auditorio de Valga para velar a las tres mujeres.