Conmoción en Valga por un triple crimen machista que tiñe Galicia de luto

Pontevedra
16 de septiembre 2019
Actualizada: 20:39

La localidad pontevedresa de Valga se ha vuelto a ver sacudida por un nuevo crimen machista. Un hombre de 45 años, José Luis Abet Lafuente, ha sido detenido por la Guardia Civil tras haber confesado ser el asesinato de tres mujeres, su expareja, su excuñada y su exsuegra

Lugar en el que se produjo el triple crimen machista de Valga
Lugar en el que se produjo el triple crimen machista de Valga / PontevedraViva

La localidad pontevedresa de Valga se ha vuelto a ver sacudida por un nuevo crimen machista. Un hombre de 45 años, José Luis Abet Lafuente, ha sido detenido por la Guardia Civil tras haber confesado ser el asesinato de tres mujeres, su expareja, su excuñada y su exsuegra.

"Este es un momento terrible. Es uno de esos crímenes que te rompe por dentro", ha relatado la subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, que ha confirmado que el crimen se produjo a las ocho de la mañana en el lugar de Carracido, en la parroquia de Cordeiro.

El asesino empleó un arma corta para acabar con la vida de las tres mujeres, todas ellas naturales de Campaña. Primero disparó contra su exmujer, Sandra B.J., de 39 años, que estaba dentro de su vehículo para llevar al colegio a los dos hijos que la pareja tenía en común, de 7 y 4 años de edad.

Los dos niños, según ha confirmado Larriba, estaban ya dentro del coche cuando su padre disparó contra su madre. Ambos menores estuvieron temporalmente en casa de unos vecinos que tienen hijos pequeños y luego quedaron bajo custodia de un familiar.

Tras acabar con la vida de su expareja, José Luis Abet Lafuente disparó mortalmente primero contra su ex cuñada y luego contra su exsuegra, María Elena J.F. y Alba B.J., de 58 y 27 años de edad respectivamente. Las dos estaban dentro de la finca de la vivienda familiar, la ex cuñada al lado del vehículo de su hermana y la ex suegra un poco más alejada.

Ninguna de ellas residía en este domicilio pero era habitual que ambas de desplazaran allí para ayudar a Sandra con los niños.

Tras cometer el crimen, el hombre se dio a la fuga y fue detenido poco después a unos treinta kilómetros. Se encontraba en las inmediaciones de la casa de su madre, en el municipio coruñés de Ames, en donde residía desde la separación de la pareja, que se produjo hace casi dos años.

Fue él mismo el que llamó a la Guardia Civil y agentes del cuartel de Milladoiro se trasladaron a la vivienda y le detuvieron. Primero fue trasladado al cuartel de la localidad y luego a la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra.

El hombre carecía de licencia de armas y se desconoce el origen de la pistola utilizada para perpetrar el crimen. El propio autor confeso indicó a la Guardia Civil cómo localizarla, pues, de camino entre el lugar de los hechos y la casa de su madre en la que fue detenido, la arrojó al río Tambre. Los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) se sumergieron en el río y la localizaron en la aldea de Ponte Nova, en el municipio de Ames.

Maica Larriba ha explicado que las autoridades tenían registrados dos casos de violencia de género en el municipio, uno de riesgo medio y otro de riesgo no apreciable, pero ninguno de ellos era el de Sandra B.J., ya que no constaban denuncias previas.

Tampoco había constancia de antecedentes ni denuncias previas por violencia de género ni en los servicios sociales ni en el Centro de Información a la Mujer de la localidad.

Al lugar de los hechos, además de Maica Larriba, se trasladaron entre otros el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y el alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, así como el coronel de la Guardia Civil, Simón Venzal. 

La comitiva judicial autorizó el levantamiento del cadáver sobre las 13.00 horas, cinco horas después del crimen. Tras eso, fueron trasladados para que se le realice la autopsia. Mientras, el supuesto asesino permanece en la Comandancia de Pontevedra, a la espera de que este martes pase a disposición del juzgado de instrucción número 2 de Caldas de Reis, que se encarga del tema.

Desde 2003, según ha recordado la subdelegada del Gobierno, 60 mujeres han perdido la vida en Galicia víctimas de la violencia machista, 25 de ellas en la provincia de Pontevedra.

Este es el segundo crimen machista que se registra en Valga, un municipio de apenas seis mil habitantes, en lo que va de año.

El pasado mes de marzo un hombre mató a su mujer de un tiro con una escopeta de caza y después se suicidó. 

REPULSA MUNICIPAL

Tras conocerse este nuevo crimen machista, la portavoz del gobierno municipal, Anabel Gulías, ha trasladado la "repulsa" del Concello de Pontevedra por un episodio que demuestra que para combatir esta lacra "non bastan as boas intencións".

Gulías ha hecho un llamamiento a "mobilizarse na rúa" para condenar a estos asesinos y exigir de las autoridades "que se tomen medidas" tanto desde el punto de vista político como presupuestario para que las mujeres cuenten con herramientas que las protejan.

Por su parte, la edil de Igualdade, Paloma Castro, ha asegurado estar "farta" de este "goteo incesante" de víctimas que deja la violencia machista y ha instado a luchar contra la violencia de género desde la educación "porque algo está a fallar".

Las banderas del Pazo Provincial de la Deputación de Pontevedra ondean ya a media asta como símbolo de repulsa ante este triple asesinato que, según Carmela Silva, "nos ha conmocionado e indignado".

"No hay derecho. Es una injusticia, es insoportable y no hay palabras para definir todo este dolor que sentimos", ha señalado Silva, que ha instado a los dirigentes políticos a mantener un compromiso "firme" con la igualdad.

La dirigente socialista ha reclamado que se reconozca "alto y claro" que existen las violencias machistas y ha pedido un compromiso "contundente" de que nadie pactará con quien las niega. "Estamos hartas de hipocresía", ha explicado Silva, que lamenta que vayan a ir a Valga "los mismos que pactan con Vox, con los que niegan la violencia machista".