O seu corpo sentado ao bordo da vía, coas pernas estendidas, as mans entrelazadas e o rostro amoucado convertéronse en todo un símbolo que, dende o xoves, se estende polas redes sociais.
Tras esa imaxe encóntrase José Sieiro, un mozo que preside dende abril deste ano o servizo de Protección Civil de Caldas e que evita a notoriedade: "La he encontrado en facebook y me he quedado tieso. No es de nadie conocido, por mi parte, al menos. No tenía ni la más remota idea de que me la habían sacado. Lo primero que pensé es: ¿y yo qué pinto ahí? Incluso llegué a pensar: ¿realmente soy yo el de la foto?". Comenta con rubor: "A mi me gusta pasar desapercibido y te ves en esa foto que tiene 5.000 'me gusta' y compartidos en facebook y dices: ¡¡¡por el amor de Dios!!!"
"Tuve que pedir a un compañero que entrase en uno de los vagones y salir un momento porque necesitaba respirar un minuto"
E, a continuación, Jose explica cando cre que foi tomada durante os traballos que se desenvolvían no lugar do sinistro o día 25: "Esa foto puede ser sobre cerca de las 12.00 horas del mediodía, después de rastrear tres vagones. Tuve que pedir a un compañero que entrase en uno de los vagones y salir un momento porque necesitaba respirar un minuto y hacer un inciso. Me senté en el primer sitio que encontré".
Deseguido, Jose remóntase a aquelas horas infernais que comenzarón entorno a últimas horas da tarde do mércores 24: "Recibí la noticia sobre las 20.40 horas. Pensé que se trataba de una broma. No te esperas en un dia tan indicado como el 24 de julio que pueda llegar a suceder un evento de estas características. Localize á secretaria para que tivese a todo el mundo en prealerta hasta saber el alcance y ya me comuniqué con el alcalde para que tivera coñecemento. A medida que iba recibiendo más datos y más información me puse en contacto con la sala de coordinación del 112 para ponerle a su disposición todos nuestros medios".
CHEGADA AO LUGAR DO SINISTRO
Jose Sieiro vai narrando como a secretaria da agrupación de Protección Civil de Caldas lle comunica o operativo que estaba dispoñible nese momento e como decidiu saír "dada a dimensión da catástrofe", tras obter a autorización do alcalde, Juan Manuel Rey. E desta forma, con dous vehículos, cinco voluntarios acompañaron a Sieiro ata Angrois sen saber con detalle que escenario se ían encontrar. Unha vez alí puxéronse en contacto co mando de bombeiros de Santiago e co resto de compañeiros para establecer quendas e prioridades. Colaboraron co hospital de campaña. Naqueles momentos, "lo importante era la inmovilización de heridos y ayudar en los traslados", con un ritmo frenético, siempre en contacto con el puesto de mando avanzado. "Había una noria de rescate de los fallecidos pero no llegamos a participar", indica Jose.
"No tienes tiempo, en ese momento, de ponerte a pensar y de bajar la guardia"
Tras unha noite longa e dura, na mañá do día 25, o seu traballo centrouse en colaborar coa policía científica e xudicial: "Estuvimos en tres vagones rastreando los medios personales y equipajes". Ás 12:30, Jose Sieiro decidiu que o seu grupo se retirase a descansar tras falar co mando de Bombeiros e Protección Civil de Santiago. Chegaran a Angrois preto das 22 horas: "Todos los heridos ya se encontraban en la zona templada y estaban siendo atendidos por asistencias médicas. Colaboramos en la extracción de dos fallecidos. Son instantes muy duros, estás en una vía del tren con un montón de fallecidos, con un montón de mantas. Con todos los que estaban allí... No tienes tiempo, en ese momento, de ponerte a pensar y de bajar la guardia".
E Jose, docente de primeiros auxilios e coordinación, pronuncia unha frase que di que repetiu mil veces durante esas 48 horas fatídicas: "hicimos lo que teníamos que hacer, estuvimos en donde teníamos que estar. Te sientes personalmente orgulloso de estar allí porque era lo que tenías que hacer pero, al mismo tiempo, es un dolor muy grande, una tristeza enorme porque hay muchos fallecidos". E emprega unha metáfora que explica con claridade as sensacións que o invadían: "Es como si tuvieses un montón de pantallas de Windows abiertas desordenadas con un montón de imágenes a las que no eres capaz de poner sentido. No va a ser fácil superarlo".
ELOXIO AOS VECIÿOS DE ANGROIS
Por suposto, o xefe de Protección Civil de Caldas tamén ten palabras de eloxio cara aos veciños do barrio de Santiago: "Lo que hay que elogiar es a los primeros intervinientes, han sido los vecinos de Angrois los que realmente se merecen un aplauso. Se merecen todo el cariño, el abrazo... porque todo lo que han hecho es una actuación en la que quitarse el sombrero es poco". E alude a que entre o resto de corpos que colaboraron no rescate reinou un compañeirismo absoluto. "Todo el mundo sin palabras sabían dónde tenían que ir y qué tenían que hacer, nos entendíamos con la mirada".
"No se podía responder a esas llamadas, hay que seguir los protocolos y no se puede"
Jose recorda, sobre todo, o rastrexo dos vagóns porque lle quedaron gravados o sons sen resposta: "Allí se encontró de todo, maletas, enseres personales, teléfonos móviles que a las 11 de la mañana seguían sonando. Eso era lo más angustioso. Los teléfonos móviles, tanto de heridos como de fallecidos que a las 11 de la mañana sonaban dentro del vagón y ser conscientes de todas las familias que estaban buscando. No se podía responder a esas llamadas, hay que seguir los protocolos y no se puede", afirma con tristura.
Os camións da axencia galega de emerxencias recollían todo ese material e retirábaos para salvagardalos coa intención de identificalos e entregalos despois ás familias.
Impactado por todo o cansanzo físico e psíquico destes días, Jose afirma que "hay cosas que no somos capaces de responder, aún debemos esperar unos días".
Os voluntarios de Protección Civil de Caldas ofrecéronse xa para colaborar na organización do funeral de Estado e é que o seu traballo non pode deterse. Quedará na memoria de todos como a imaxe eterna dese home, Jose, sentado nas vías, perdido no absurdo dun accidente tan inexplicable como cruel.