Hace unos años turistas prometieron que volverían y así lo han hecho, han cumplido su palabra, y aquí los tenemos de nuevo, ahora ya no sólo viene la familia de aquel primer peregrino, ¿os acordáis? Este año han venido unos amigos con ellos y vienen dispuestos a conocer parte de la ciudad, pues aunque no es una urbe gigantesca, ellos creen conveniente conocerla poco a poco.
Han querido seguir la ruta de las Iglesias, y esta vez se han centrado en la Plaza de la Herrería, desde allí la vista es preciosa, es de noche y las luces serpentean en torno al convento de San Francisco y la antigua Delegación de Hacienda, en la parte inferior pueden contemplar los jardines de Don Casto Sampedro con su fuente de estilo portugués, similar a las muchas del Norte de Portugal, que ya conocen, el convento está cerrado, pero han hecho un pacto entre ellos y deciden que lo visitarán a la mañana siguiente y así lo hacen por lo que se llevan el recuerdo de saber tantas cosas del interior del mismo, y de lo que encierra en su historia.
Fue en este convento donde tuvo lugar la separación de las custodias portuguesas de la provincia de Santiago en la primera mitad del siglo XIV.
Es una de las iglesias más emblemáticas de Pontevedra, de estilo ojival, levantada sobre un solar de la familia Sotomaior.
Entrando a la derecha se encuentra una capilla que pertenece a la Orden Terciaria franciscana, en el altar vemos las imágenes de Santa Isabel de Hungría, San Francisco y San Luis Rey de Francia, delante de ellos Jesús atado a la columna y en la parte baja el Niño Jesús rodeado de cuatro ángeles, era esta imagen muy venerada por los niños pontevedreses en épocas pasadas ¡todo se va perdiendo!.
También han visitado la Iglesia de San Bartolomé, en ella se encuentra la Patrona de Pontevedra, la Virgen de la O, que en otras partes llaman de la Esperanza o la Macarena, es la única talla en la que la Virgen aparece en estado de gravidez, data del s. XVII, su festividad se celebra el 18 de Diciembre, de ahí que las fiestas se trasladaran a la Peregrina en agosto, donde el tiempo es mejor.
Han dejado atrás el Museo, como piensan volver, lo harán en la siguiente ocasión, pero sí han contemplado la Plaza de la Leña, con su crucero, punto obligado para hacer la típica “foto”.
Vuelven sobre sus pasos porque han dejado atrás la Herrería y la Capilla de la Peregrina (la más alta de España).
Siguen tan curiosos como siempre y preguntan por qué se llama Herrería, alguien le cuenta que es porque era allí donde estaban los herreros, allí se construían las corazas de acero con faldas de láminas o mallas, armaduras con barbote, lanzas, espadas, pavesas y otros artefactos para las batallas.
Tenían tanta fama los herreros pontevedreses que los Reyes Católicos otorgaron una ordenanza para que "los hombres de mediano estado y hacienda" se armasen con los escudos fabricados en Pontevedra.
No tienen más tiempo, marchan satisfechos de lo que han visto y prometen volver.