Fíjense en la conducta del presidente de la Comunidad Valenciana, ante una de las mayores catástrofes naturales ocurridas en España, prefirió estar en una comida de trabajo para TENER controlada la televisión pública que SER, ejercer el cargo para el que lo habían elegido.
Un programa de una televisión nacional, lanza bulos sobre que hay muchos fallecidos en el parking de Bonaire e incluso observamos en directo como un reportero se mancha a propósito las rodillas de barro para salir en antena. Muchos comunicadores e influencers ultras acumulan horas y horas de contenidos que mezclan un supuesto altruismo con mentiras y mensajes políticos que sólo buscan notoriedad e infundir más miedo. Optan por TENER más audiencia y seguidores antes de SER buenos informadores.
Un compañero discreto, educado, del que nadie pensaría que pudiera estar metido en algo tan gordo. Hablamos del policía jefe de la unidad de delitos económicos y fiscal de Madrid que tenía 20 millones de euros emparedados en su casa, más de un millón en su despacho, que apuntan a una implicación muy alta en una poderosa trama internacional de narcotraficantes. Indudablemente, prefirió TENER, que SER un buen policía.
Estamos en un tiempo de búsqueda obsesiva de likes, también de seguidores, todos queremos reconocimiento, ponernos en valor. Es así jóvenes y mayores nos hemos vuelto adictos al móvil. Cuando publicamos algo, un simple me gusta, un emoji, nos produce recompensa y placer. Estamos atrapados en la hoguera digital de las vanidades, nos encontramos ante un TENER virtual. Olvidamos nuestro SER y estamos más preocupados por demostrar qué guapos somos, lo que disfrutamos en nuestra vida que en sentir lo que estamos viviendo con sus momentos buenos y menos buenos
Un valor primordial como es la cultura del ser, nuestro carácter único con sus virtudes y defectos, poder dar lo mejor de ti mismo a los demás, pensar, sentirnos satisfechos como personas; desgraciadamente está pasando a un segundo plano. @novoa48