Algo está mal cuando los ciudadanos ante la pregunta sobre qué institución o colectivo tiene más poder en España (datos del CIS), identifica en primer lugar a los bancos, seguido del gobierno y, a poca distancia las grandes compañías. Y, a la realidad actual nos remitimos, la crisis financiera vinculada a la guerra de Ucrania, está dejando un "reguero de cadáveres", mientras las entidades financieras y las grandes empresas logran sus mayores beneficios
Y, todos nos preguntamos, ¿Por qué los gobiernos, organismos internacionales o los presumibles reguladores en el ámbito nacional o internacional no toman medidas?. Algunos reaccionan con tibieza. Joe Biden intentará subir los impuestos a los ricos en el año 2023 (necesitará el apoyo de parte de los republicanos), y el gobierno español ha anunciado un impuesto a las grandes empresas, que ya veremos cómo cristaliza. Cada día comprobamos cómo reaccionan los "afectados" utilizando sus terminales mediáticas y políticas, ante ese pequeño incremento.
En el día a día los ciudadanos nos encontramos con realidades que no acabamos de entender. Nos intenta convencer de que aunque el barril de petróleo tenga el mismo precio que hace 10 años, lo que ha incrementado el precio es el proceso de refinado, comercialización y transporte. ¿Pero en realidad eso justifica una subida de más del 69%?.
Y, por qué los precios de los productos bajan o se mantienen en origen y suben de forma estratosférica en las tiendas. En este caso lo justifican en la cadena de suministro y en el coste de la energía. Pero no clama al cielo que un productor de sandía perciba de media 0,36 €/kg, en la intermediación sube a 0,93 €/kg y en el supermercado de al lado de tú casa la encuentres a 2,20 €/kg.
Desgraciadamente la conclusión a la que llegamos es que el binomio dinero/poder tiene un peso excesivo y decisivo en relación con el bienestar de la sociedad y, aunque los hombres y mujeres de nuestro país estemos dispuestos a luchar por mejorar las cosas, poco podremos hacer en ese turbulento territorio dónde se desenvuelven como gatos panza arriba esos intereses poderosos y a la vez minoritarios.
El poder político debe querer, puede y debe tomar medidas. No es suficiente con los discursos en las grandes cumbres, o en los parlamentos que intentan epatar al personal. Hay que tomar medidas ambiciosas de corto y de largo plazo, sino amigos y amigas la democracia perderá credibilidad y legitimidad. @novoa48