Como continuación al balance de los años de mandato municipal que hicimos en este mismo medio la pasada temporada, concretamente el 27 de mayo, aquí ofrecemos ahora una nueva entrega, apenas a doce meses de la previsible celebración de las elecciones municipales.
Como nosotros estimamos que el principal problema del municipio sigue siendo el desempleo, frente al Concello que trabaja con denuedo para arreglar la situación de Palestina o en debatir sobre la ley del aborto, nos centraremos en exponer como están los asuntos municipales relacionados con la actividad económica.
Por ejemplo todo lo referente al desarrollo urbanístico y ordenación del territorio. Aunque el gobierno local ha demostrado en estos años que se puede hacer un modelo de ciudad de amor y felicidad sin renovar el viejo plan de 1989, llama la atención que se haya fracasado precisamente en la aprobación de un nuevo documento de ordenación municipal. Es más, aquí hasta ha desaparecido la oficina de planeamiento urbanístico local, y la pobre empresa consultora que elaboró el documento técnico, ya pagado por todos, entró en concurso.
Por la prensa nos hemos enteramos que la Xunta de Galicia desestimó la mayor bolsa de suelo industrial prevista por nuestro gobierno local en el citado proyecto de plan para la zona de LeboreiY por supuesto aquí no pasa nada. Como también nos hemos enterado de que el proyecto privado para ejecutar un polígono comercial en la zona del Vao, se está tramitando nada menos que en una zona de servidumbre de Costas. Si, aquí en el Concello especializado en litigar contra la pastera de Lourizán por estar en terrenos protegidos por la citada ley de Costas. Que decida la Xunta que es muy mala y está contra Pontevedra.
¿Y del fracaso de Tafisa? No se puede hacer un convenio peor. Primero consienten que desaparezca una fábrica de empleo real, previo desahucio al vecino ayuntamiento de Pontecaldelas, no vaya a ser que en la Pontevedra del amor y la felicidad, queden en pie industrias. Después se recalifican los terrenos, haciendo la ordenación más vergonzosa de la historia de la ciudad permitiendo edificios de siete alturas en las inmediaciones del río Lérez. ..Y aun así la Xunta - que es muy mala -dice que las aguas de la playa fluvial no son aptas para el baño.
A veces la ausencia de un planeamiento renovado genera pintorescas anécdotas urbanas como es la que a día de hoy no se sepamos donde se va a ubicar la incineradora de nuestros vecinos fallecidos.
Pero sigamos por el recorrido de la actividad económica gestionada por el municipio. Ahí está la plaza de Abastos con su déficit anual que supera los doscientos mil euros. Y la pobre lonja que parece ser ahora la menos rentable de Galicia, todo un logro.
Más gracioso si cabe es hablar sobre la típica competencia de gestión municipal desde hace siglos, como es la actividad del macelo público o matadero, que se enteran nuestros munícipes por la prensa que tiene que ser clausurado por la Xunta, por no reunir las exigencias técnicas de higiene. Eso sí a toro, o a vaca pasada, se le abre un expediente a la concesionaria cuando ya está paralizada la actividad del matadero.
Del pufo de los Gafos, que ronda los cuatro millones, nada que decir, ya sabemos que en España los concejales y alcaldes son inmunes e irresponsables ante la ley. Y al final pagamos todos.
Pero para señalar algo que resuma estos años de incompetencia municipal ahí están esas bicicletas multicolores herederas del fracasado Pillabici, atadas en postes, árboles y fachadas, todo un símbolo del amor y la felicidad de nuestro modelo de ciudad.
Seguro que lo mejor aún está por llegar y se reserva para este último año de mandato.