Un "Todo" en Villa Pilar

08 de decembro 2017
Actualizado: 18 de xuño 2024

En pleno centro urbano, entre el Parque de las Palmeras y la calle Riestra, se levanta este emblemático edificio de comienzos del siglo XX al que conocemos como Villa Pilar.

En pleno centro urbano, entre el Parque de las Palmeras y la calle Riestra, se levanta este emblemático edificio de comienzos del siglo XX al que conocemos como Villa Pilar.

Rodeada por un pequeño jardín con palmeras y cerrado a su vez por una verja de forja donde parece que el tiempo se detuvo desde esos comienzos del siglo pasado. El edificio se divide en semisótano, tres plantas y una planta bajocubierta.

De arquitectura ecléctica, con elementos del romanticismo y balaustrada de estilo inglés, mármol de carrara en su escalinata de entrada y maderas nobles como base de la decoración interior, así como el hormigón de sus balconadas, material denostado actualmente, quizá por el mal uso que en ocasiones se ha hecho de él, pero que en el momento de su construcción era lo más avanzado en el mundo de la arquitectura y utilizado, probablemente, para dejar huella en nuestra ciudad de la llegada de este material demostrando así su interés y admiración por los avances tecnológicos e industriales de la época.

El artífice de la construcción de este singular edificio fue el pontevedrés Manuel Martínez Bautista, nacido en 1823.

Cuando apenas contaba con diecisiete años sus padres lo embarcaron, en 1840, rumbo a La Habana con una carta de recomendación dirigida a Pedro Fernández Villaverde, abogado y político.

Ya situado en la isla caribeña Manuel abrió un almacén de vajillas al que puso el nombre de "La joven América". Poco después sus hermanos siguieron sus pasos, Gabriel, Juan y Bernardo, este último fue quien construyó el edificio del Café Moderno de nuestra ciudad y puede apreciarse sus iniciales en la puerta de acceso junto con la fecha de finalización (BMB. 1902).

En Cuba a Manuel le sonrió la suerte y pronto reunió una importante fortuna, al mismo tiempo su hermano Juan hacía lo mismo en Nueva York como corredor de bolsa, fue tal la fortuna que amasó Juan que a su fallecimiento Manuel se vio obligado a instalarse en la ciudad de los rascacielos para gestionar tan ingente patrimonio. Allí continuó con el negocio de la banca e inversiones de bolsa iniciado por su hermano.

Fue en una de las frecuentes visitas que Manuel realizaba a Pontevedra cuando decidió construir Villa Pilar y encargó el proyecto al arquitecto Antonio Crespo. Aunque parece ser que a pesar de ese proyecto no fue Crespo quien realizó la obra y varios estudiosos afirman que fue un arquitecto cubano de nombre desconocido el encargado de desarrollar otro planteamiento para el inmueble. La obra duró seis años y se finalizó en 1905, según consta en la fachada.

Manuel Martínez falleció sin descendencia en Nueva York y está enterrado en el cementerio de Green-Wood en Brooklyn. Villa Pilar la heredó su sobrino Ramiro Trapote Martínez.

Ramiro, que había nacido en Pontevedra en 1876 y cursara sus estudios de ingeniería obteniendo el pertinente título, vivía en Nueva York y la temporada de verano acostumbraba a pasarla aquí, en la villa heredada de su tío.

Ramiro falleció en noviembre de 1954 en Nueva York y su nombre también aparece en el cementerio de Green-Wood de Brooklyn.

Es en ese momento cuando Villa Pilar pasa de Ramiro a su sobrina Pilar Pardo Trapote,quizá tome de esta el nombre, aunque anteriormente hubo otras “Pilares” en la familia, parte del edifico pertenece a los herederos de Pilar Pardo.

Si bien, desde hace unos años, un espacio multidisciplinar creativo en torno a la arquitectura, Nemonon, habita en el corazón del inmueble.

Continúa…