Tonterías las justas

14 de decembro 2023
Actualizado: 18 de xuño 2024

Veo a mi alrededor y me pasman  algunas personas que parecen y no son

Veo a mi alrededor y me pasman  algunas personas que parecen y no son. 
 
Parecen sin tacha y su estrategia está totalmente calculada, estructurada, ensayada y llevada a cabo con una maestría digna de ser galardonados por ser quienes de llevarla a cabo día a día  sin que nadie tenga la más mínima sospecha de que son borrones, personajes de una historia de ficción. Actores caracterizados de irrealidad, falsedad y carentes de cualquier característica valiosa que les haga dignos. Viven en un festival de disfraces, con máscaras que ocultan su verdad y alardean de ser algo que quizá de niños hayan soñado pero que, cuando se apagan las luces y se quitan la careta, sólo queda lo que son: poca cosa venida a menos y que por estadística irán a peor.
 
Lo veo cada día más, en casi todos los ámbitos de la vida y la sociedad y, cuela... ¡Vaya si cuela!. 
 
He de reconocer que me resultan unos seres con un gran atractivo por ese comportamiento y, para evitar malas o erroneas interpretaciones, hablo de lo atractivo del comportamiento ya que me "maravilla" la forma en la que se desenvuelven, hablan, expresan pero que no son más que reyes y reinas desnudos cuando hacen, o mejor dicho; reyes y reinas que quedan al desnudo por precisamente no hacer.
 
No hacen nada que tenga relación directa o indirecta con eso que gritan a los cuatro vientos y que les sirve para ganar adeptos y fieles que se ciegan ante frases o imágenes que lo único que dibujan es una fantasía idílica de corrección y perfección pero que carecen de hechos firmes que dejen constancia de ética, valores y principios en su persona aunque lo cierto es que están convencidos de tenerlos, es algo que necesitan creer, imagino yo que para poder mantenerse cuerdos ante tal delirante, desquiciante e impostada vida y que por lo visto desconocen la celebré frase acuñada por Napoleón que dice: "de lo sublime al ridículo no hay más que un paso"... Y ya todos sabemos cuan peligrosos son los pasos por los tropezones que en cualquier e inesperado momento surgen y puede ese traspiés descalabrar todo el montaje de su idílico escenario. 
 
Pero lo peor no es que parezcan lo que no son, lo peor es que dan por hecho que todos los demás también parecemos lo que no somos; y se equivocan.
 
Les sucede como al hidalgo Don Quijote que junto a su fiel escudero,  Sancho, cuando llega a el Toboso buscando el alcázar donde suponía que encontraría a Dulcinea, "topose" el caballero con una iglesia y dijo: "Con la iglesia hemos dado, Sancho".
 
Se equivocan de lleno porque puede que en sus cabezas su creación sea perfecta y crean que su habilidad no tenga debilidad y podamos todos parecer; pero... ¡Insensatos desubicados!
 
Podemos parecer tontos, incluso en ocasiones nos hacemos un rato los tontos para mayor deleite de nuestra inteligencia pero, cuidado, que ese parecer no es más que una de las muchas invenciones de vuestra mente, no de la nuestra ya que, los habemos que no queremos parecer lo que no somos y únicamente somos lo que somos, sin dobleces, sin mentiras y con una memoria prodigiosa.
 
Así que: tonterías las justas, por favor.